Los habitantes del barrio Tripa de Pollo, en el norte de Esmeraldas, claman por respuestas y justicia, pero también por un cambio que les devuelva la tranquilidad, tras los dos asesinatos registrados el lunes 11 de noviembre de 2024, en un lapso de apenas dos horas.

La joven Josselyn López Carrillo, de 26 años, fue la primera víctima de esta ola de violencia que parece no tener fin. Alrededor de las 19:00, los gritos de desesperación resonaron en las calles de la zona conocida como Las Orquídeas.

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En medio de un ataque brutal, dos sujetos armados irrumpieron en la vivienda de Josselyn y dispararon a quemarropa. La madre de dos niños, corrió, pero recibió múltiples impactos de bala; una herida en el brazo y otra en la cabeza le quitaron la vida al instante, dejando a sus hijos sumidos en un futuro incierto.

“Esto no es nuevo, pero nunca pensé que nos tocaría tan de cerca. Josselyn era una buena madre, y ahora sus hijos quedan solos”, lamentó una amiga de la víctima. La violencia parece haberse instalado en el barrio y el miedo se ha apoderado de los habitantes.

Una nueva víctima en otro ataque

Dos horas después de la muerte de Josselyn, el terror volvió a acechar al barrio. José Luis Cherre Iturre, de 23 años, fue acribillado en un ataque similar, a pocos metros del lugar donde se produjo el primer crimen. “Escuchamos más disparos y luego el silencio. Cuando salimos, vimos su cuerpo en la calle. Era un chico querido, todos lo conocían”, relató un vecino.

El caos reinó en el sector, y el cuerpo de Cherre fue hallado tendido en la calzada, reviviendo los días de miedo y terror que habían marcado a la ciudad y la provincia en años anteriores.

Las autoridades llegaron al lugar y acotaron que las investigaciones están en marcha, para dar con los responsables de estos crímenes. La comunidad espera respuesta.

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