La ausencia de lluvias y los soles incandescentes han secado los caudales de los ríos que cruzan Cuenca. El fenómeno natural ha generado la alerta de eventuales problemas para el tratamiento y entrega de agua potable, pudiendo llegar incluso a racionamiento del líquido vital.

Es que son 16 días de alejamiento total lluvias, hecho que se evidencia en los flujos de agua de los río Tomebamba, Tarqui, Machángara y Yanuncay, que han disminuido a menos de un metro cúbico, lo que incide en la disponibilidad de agua para usos específicos de potabilización.

Así lo confirma Verónica Polo, gerente de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA) de la capital azuaya. Los flujos de los cuatro ríos están dentro del rango mínimo. Sin embrago, las principales plantas de tratamiento de agua como Sústag, Tixán y El Cebollar operan con total normalidad, operatividad que podría variar en el caso de que el estiaje se mantenga, adujo Polo.

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La situación en los sistemas de potabilización del sector rural, como Irquis, Atucloma, Poca Cruz, Tutupali Chico, Maluay y Santa Ana, han comenzado a dar problemas, con la disminución de los niveles de las reservas y como consecuencia intermitencia en el servicio y en algunos casos la falta de agua.

Se solicita a la colectividad adoptar medidas de cuidado y ahorro de agua potable, destinando su utilización exclusivamente al consumo humano.

Se debe evitar también usos no esenciales como: riego, lavado de aceras, patios exteriores, vehículos, llenado de piscinas y otros “que podrían ser considerados como desperdicio y que por lo tanto podrían ocasionar problemas a futuro cercano en el normal abastecimiento” reseña un informe de la ETAPA.

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