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Opinión
Las promesas se las llevó el viento
Una de las grandes noticias para el deporte ecuatoriano fue, sin duda, la medalla de oro alcanzada por nuestra pesista Neisi Dajomes en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 en la categoría de 76 kilogramos. Es la primera mujer ecuatoriana en obtener oro olímpico. Cuando se dan este tipo de logros deportivos lo primero que se viene son las ‘lluvias’ de felicitaciones, que van desde las del pueblo en general hasta personajes políticos, tales como ministros de Estado y hasta el mismo presidente de la República.
Pero como todo en la vida, de felicitaciones y buenos deseos no se vive. Neisi aprovechó esta oportunidad para pedir a las autoridades más apoyo para la preparación de los deportistas de nuestro país, quienes en la mayoría de los casos no cuentan ni con fisioterapeutas o masajistas. Al frente salió el Ministerio del Deporte manifestando que siempre estuvo presente en Tokio apoyando a los atletas nacionales, indicando también que todo ese abandono hacia ellos terminaría.
Pero meses después, las mismas Neisi Dajomes y Tamara Salazar, medallistas en Tokio, cuentan que todo quedó en promesas. El apoyo ofrecido aparentemente quedó en palabras. Actualmente y a las puertas de un nuevo ciclo olímpico no cuentan con equipo multidisciplinario, no tienen terapistas físicos, y quién sabe qué más carencias tengan. Qué difícil es en este país cumplir con las promesas cuando está la política de por medio, aparecen solo en las mieles del triunfo, y desaparecen cuando las ‘papas queman’. Qué fácil olvidamos a nuestras glorias.