La campaña electoral se iniciará el próximo 3 de enero, pero los ciudadanos a través de las plataformas digitales ya pueden advertir el escenario que se avecina entre los candidatos a alcaldes, prefectos e integrantes del Consejo de Participación Ciudadana: una artillería inagotable de injurias hacia sus rivales y pocas propuestas que se ajusten a la realidad de cada ciudad.

Al parecer, ni los nuevos políticos ni los ‘veteranos’ han aprendido de los errores del pasado y siguen con discursos en tono negativo, preocupados más por destruir a sus adversarios que por plantear soluciones de movilidad, seguridad y reactivación económica.

Se ha despreciado el fondo y se ha dado mayor importancia a la forma. A los indecisos no se los convence con bailes, chistes agrios o cualquier ridiculez que parezca divertida en redes sociales. El respeto a los votantes está por encima de cualquier show. Lo viral y banal no se puede imponer ante la razón.