SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Opinión

Editorial: Cuento de nunca acabar

Una vez más, se registraron incidentes violentos tras las rejas. La muerte de un reo por cruce de balas entre bandas delictivas y un video que circula en redes sociales, donde se puede apreciar cómo se torturaba a un reo con el fin de que sus familiares, para mantener a su ser querido con vida, hagan depósitos a las cuentas bancarias de los ‘capos encarcelados’, provocó la activación de protocolos para tratar de controlar la situación. Y los resultados de las requisas y revisiones de celda, que es lo único que pueden hacer - porque después de eso, dentro de la cárcel quienes gobiernan son otros- ya no sorprenden a nadie, se encontró lo mismo de siempre: armas, celulares, municiones, alcohol y drogas.

Y mientras los organismos de control decomisan 10 armas de fuego, por la puerta trasera entran 20 más. Porque el desabastecimiento en las cárceles no existe para estos delincuentes de gran calibre que la única libertad que perdieron es la de caminar por las calles, porque después de eso dentro de la PENI pueden hacer y deshacer a su antojo.

Y los manotazos de ahogados por parte del Gobierno, que hace lo imposible para que impere el bien sobre el mal, termina siempre igual, sin una solución. Está claro que el presidente debe solicitar lo más pronto posible ayuda internacional, porque su voluntad de dar solución a este problema al parecer ya no es suficiente.