Si a usted le tocó empezar el primer día del año con la obligación de ir al trabajo, qué bendecido día. ¿Que la fiesta se tuvo que cortar antes de hora o que debió aguantarse las ganas de beber por eso? Pues así toca y por eso hay que agradecer. Si usted es creyente de un ser superior, dele las gracias porque inicia el año con trabajo; o si por el contrario, no tiene esas creencias, igual celebre la vida. Como sea, siempre agradezca.

Empezar este 2022 con humildad, siendo felices con lo que tenemos, es la mejor forma de arrancar para hacer frente a los desafíos de cada día.

En plena época en la que la delincuencia y la violencia criminal invaden Ecuador, con el ‘bicho’ de la COVID-19 de por medio provocando aún muertes por todo el mundo, con problemas sociales como la pobreza y las drogas que golpean al país, la corrupción política en todas las esferas de las instituciones públicas, la falta de empatía de las autoridades con las necesidades de la nación y una serie de inconvenientes, es difícil pensar en no quejarse. Está bien reclamar por ello, pero no nos quedemos en eso.Debemos actuar para intentar mejorar las cosas.

¿Por qué quedarse solo pensando en las cosas negativas? Agradezca por su familia, a la que tiene con usted cada día. Agradezca ver y poder abrazar a sus padres, a sus hijos, a su pareja. Es una forma de vivir mejor, es el impulso que nos lleva cada día a dar lo mejor de nosotros. Por ellos y por nosotros mismos.