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Opinión

Editorial: La aerovía todavía no despega

No es –hasta ahora– la gran solución a la movilidad entre Guayaquil y Durán. Desde diciembre pasado cuando este sistema de transporte fue inaugurado, la aerovía solo sirve para el deleite de quienes buscan una alternativa turística en el Puerto Principal.

Esta obra, que fue entregada a una concesionaria, le costó $ 114 millones al Municipio porteño, pero ‘nada de nada’ todavía como transporte masivo. Y difícilmente lo sea, ya que este sistema traslada a muy pocas personas en sus 154 cabinas y solo tiene una ruta.

Desde que funciona, la aerovía no ha descongestionado el tráfico vehicular en el centro de Guayaquil, como aspiraba la Autoridad de Tránsito Municipal. Tampoco han desaparecido los trancones en el Puente de la Unidad Nacional. Más bien, las autoridades han agarrado de ‘pato’ al servicio de taxirrutas, los carros informales que trasladan a quienes residen en Durán, y los han ‘chispeado’ del centro de la urbe, generando el reclamo de los usuarios que no quieren viajar en la aerovía.

Será mejor que se revise su potencial y se apuntale la idea de ofrecer paseos sobre el río Guayas y que los pasajeros puedan hacerse selfis cuando las cabinas pasan por los enormes y coloridos murales que adornan la ruta, porque para resolver el tema de movilidad entre ambos cantones aún falta mucho.