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Opinión
Editorial: La solidaridad virtual no suma
Los mensajes de solidaridad brotaban del fango de emociones en que se había convertido Twitter la tarde del 31 de enero. Algunas autoridades e influencers llenaban la red social de chirridos, como grillos en medio de la tempestad. “Abrazo a las víctimas del aluvión de La Gasca”. “Estamos con ustedes”. “¡Qué tragedia!”. “Este desastre enluta no solo a Quito, sino al Ecuador entero”.
Lo que quizá muchos no saben es que la solidaridad virtual no suma. Fueron los mismos ciudadanos, de otros sectores de Quito y hasta de provincias vecinas, los que llegaron, se arremangaron y echaron una mano en la zona cero. Llovía. No había luz. No importaba. Sacaban el lodo en baldes. Cargaban jarras con aguas de remedio y repartían a los damnificados y rescatistas.
De aquellos, seguramente, ninguno posteó un mensaje de solidaridad en la internet. Ellos se mojaban. Ellos se enlodaban. Ellos estaban. Y son un ejemplo de la verdadera solidaridad, como muchos otros ecuatorianos que llenaron de víveres los depósitos de donaciones en la capital. Incluso hubo polémica porque desde el Municipio se pidió un alto a las ayudas, algo que desagradó a varios internautas, quienes ‘saltaron’ a decir que lo que ‘sobraba’ se podía enviar a los que también necesitaba en otras partes, debido al invierno.
Pero lo cierto es que las manos generosas son dignas de admirar. Y las hay. Pasó con el terremoto de la Costa, en 2016, y ahora con el aluvión de Quito. Un aplauso para todos esos ciudadanos, los que se enlodan y se mojan, porque siempre están.