La eliminación del subsidio a los combustibles por parte del Gobierno ha generado un efecto dominó que afecta directamente a los ciudadanos, especialmente a través de incrementos en los servicios de taxis.

A pesar de los esfuerzos gubernamentales por compensar estos aumentos mediante subsidios directos, la realidad es que los usuarios ya están pagando más de su bolsillo como los más ‘giles’.

Los usuarios, ya agobiados por otras alzas de precios y una economía fluctuante, se ven obligados a desembolsar más billete para desplazarse diariamente. Esto no solo impacta su presupuesto familiar, sino que también pone en evidencia la dificultad de las políticas públicas para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Urge establecer mecanismos de control y transparencia para asegurar que las compensaciones lleguen a quienes las necesitan y no se traduzcan en aumentos encubiertos de tarifas.