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Opinión

Editorial: Mensajes amenazantes

Este año nuestro país ha sido víctima de una serie de actos violentos que nos han dejado postales de terror. La guerra entre los grupos delincuenciales ha afectado a los que son y los que no son. Gente inocente sigue pagando por el simple hecho de encontrarse en el momento y lugar equivocados y hace rato dejamos de ser un país de paz.

Como si no fuera suficiente el miedo y la incertidumbre que vivimos día a día por estos enfrentamientos que tienen como único fin apoderarse del mercado de las drogas, a modo de amenaza, se encuentran mensajes de advertencia exigiendo a la gente no ayudar al “enemigo”, porque de ser así ganarán un viaje sin retorno al más allá. No es la primera vez que aparecen volantes de advertencia y la población pide a gritos ayuda ante tal situación.

Los ecuatorianos están hartos de sentir que nada se está haciendo para en algo controlar a estos grupos antisociales. Los intentos del Gobierno se invisibilizan ante el poder de estos delincuentes que lograron conseguirlo a base de sangre y violencia, y con el respaldo de mafias internacionales. Reforzar la seguridad de nada sirve, ni estados de excepción ni toques de queda. No solo se trata de declararle la guerra a la delincuencia organizada, sino también de lanzarse al campo de batalla y pelear.