No hay necesidad de publicar los nuevos precios de los combustibles, todos sabemos que las nuevas tarifas de estos hidrocarburos están sujetas al precio internacional del barril de petróleo y que pasando cada mes y medio se publican los valores en gasolineras a nivel nacional. Se acabó la ‘feria de la alegría’ en la que el gobierno central subsidiaba estos rubros para mantener contento al gremio de transportistas y de ese beneficio también se aprovechaban contrabandistas que ofrecían este derivado a precios más económicos fuera del país.

Hoy el gremio ‘sobre ruedas’ clama por congelar nuevamente los precios, ya que este incremento influye en los costos de sus fletes y el consumidor final será quien se haga cargo. Se escuchan por parte de grupos indígenas, transportistas e industriales amenazas de paralizar sus actividades para presionar al gobierno para que se mantengan los subsidios para los grupos más vulnerables. El presidente Guillermo Lasso dijo que habrá cero tolerancia para quienes quieran imponer el caos.

Y siempre sucede que al mínimo incremento del ‘oro negro’ termina en protestas violentas que amenazan la estabilidad del país. Es necesario volver al diálogo para el bien de todos.