Como respuesta al acelerado incremento de contagios de coronavirus y la nueva cepa ómicron, en Guayaquil se han montado varios puntos para la toma gratis de pruebas COVID. Quien sospeche que ha adquirido el virus o tenga síntomas deberá acercarse a una de las áreas habilitadas para una revisión de sus síntomas y si amerita se le realizará la prueba.

Esta acción que intenta ayudar a la ciudad y su gente muestra, sin embargo, toda la problemática existente. Muchos van corriendo a los puntos al primer síntoma a tratar de hacerse la consabida prueba ¡y si es gratis, mucho mejor!, ya que en laboratorios particulares este procedimiento está por encima de los 30 dólares.

Pero no basta solo con que nos hagamos la prueba si estamos asustados o porque presumimos que podemos estar contagiados. Esto es cuestión de prevención, de pensar en nuestra salud y la de los nuestros: hijos, padres, hermanos, vecinos, compañeros de trabajo.

Hasta hoy siguen circulando mensajes que cuestionan la vacunación, o aquellos salidos de todo contexto y sin ningún tipo de criterio científico: que nos van a poner un chip microscópico para dominarnos; que son los gringos los que hacen eso; que son los extraterrestres; que son experimentos científicos de los chinos y los nazis; que es cosa de Satanás que va contra Dios...

Al final y pese a la obligatoriedad de vacunarse existente ahora en Ecuador, está el cuidarse, y esta sí es una decisión de cada persona. Y al hacerlo o no, cada uno debe pensar en su familia, más allá de sí mismo.