Con disparos en el tórax y en el brazo izquierdo, fue hallado un hombre sin vida en el kilómetro 8 de la vía Durán-Tambo, en Guayas, la mañana del lunes 9 de mayo de 2022, pero no fue la única señal de violencia que los investigadores descubrieron en el cuerpo de la víctima, pues tenía algo más: un dedo cercenado.

Se trataba del índice de la mano derecha. Para César Peña Morán, fiscal multicompetente de Guayas, esto es un indicio de que el caso tendría relación con una o varias bandas delictivas, porque esta modalidad se asociaría a un ‘narcomensaje’.

El funcionario sostiene que, de esta manera, el crimen organizado envía advertencias a sus rivales o a quienes busquen traicionarlos, porque el hecho de cortar el dedo índice, específicamente de la mano derecha, expone que la víctima pudo ser un informante de la Policía, Fiscalía o, incluso, de grupos enemigos.

“Así advierten que si alguien sigue dando información, le puede suceder eso a él o a su familia”, precisa Peña.

El operador de justicia confirma que este tipo de sucesos son réplicas de “situaciones que se dan en otros países del continente (Colombia, México), porque ya hemos visto desmembrados, colgados de puentes y ahora hasta encontramos símbolos en las personas que son asesinadas”.

No obstante, los vínculos que mantenía el perjudicado aún debían ser establecidos, pues hasta el cierre de esta edición aún no era identificado. De lo que se pudo observar en la escena del suceso es que el fallecido tenía un tatuaje en el costado derecho del cuerpo, pero la distancia no permitía divisar lo que tenía escrito.