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Farándula
El estafador de Tinder: de estafador a estafado
Simon Leviev accedió a pagar aproximadamente 6.000 euros para que una plataforma digital verificara su cuenta de Instagram y la de su pareja, pero lo engañaron.
De estafador a estafado. Simon Leviev, más conocido como El estafador de Tinder gracias al documental de Netflix , accedió a pagar aproximadamente 6.000 euros para que una plataforma digital verificara su cuenta de Instagram y la de su pareja.
El documental de Netflix contaba las estafas que realizó Shimon Hayut, quien se hacía llamar Simon Leviev y David Sharon. El estafador invitaba a las víctimas a lugares lujosos para que de esta manera ellas quedaran impresionadas, pero salía al mismo tiempo con otras mujeres. Después de un tiempo de conocerlas, les decía que le preocupaba las acciones que tomaran sus enemigos, que no podía usar sus tarjetas por temas de seguridad y les pedía a las mujeres que abrieran una a su nombre.
Según el portal TMZ, una mujer que supuestamente trabajaba para la empresa Meta o Facebook lo contactó y le aseguró que podría realizar el proceso de verificación de sus cuentas de redes sociales para asegurarse de que los perfiles falsos con su nombre quedaran bloqueados.
La mujer utilizó la misma técnica que supuestamente él usaba para engañar a sus víctimas, y Simon aceptó y pagó la cifra. Simon Leviev hizo una video conferencia con la mujer, que instaló un fondo de pantalla que la hacia parecer estar dentro de una de las oficinas de Meta, luego de eso, el hombre realizó los depósitos y con el pasar de las horas se dio cuenta de que sus usuarios en redes sociales seguían sin verificarse.
El 'estafador' llamó a la empresa y se llevó la gran sorpresa de que efectivamente sus cuentas no estaban verificadas y que no lo estarían porque Meta no cobra por ese proceso que se hace por medio de una solicitud en la misma plataforma.
Pero este no sería el primer golpe que el hombre ha sufrido en las últimas semanas. Se conoció que la verdadera familia de apellido Leviev demando al estafador por haber usurpado el apellido familiar para cometer delitos y sobre todo, por haber dañado la reputación de quienes portan ese apellido.