Una palabra define a Cristina Morrison, artista. Conocida como La baronesa, no solo canta jazz, baila y actúa, sino que además cocina y diseña sombreros.

Nacida en Miami, hija de padre ‘gringo’ y madre ecuatoriana, su trabajo artesanal que empezó hace dos años y medio, cubre las cabezas de artistas nacionales y extranjeros. Si tuviera que regalarle uno de sus sombreros a alguien, sería a Johnny Deep, actor al que admira.

Lee también: Paola Farías revela el nombre de su primer amor de juventud: es un político

“He creado sombreros para Diego ‘El cigala’; ‘Coki’ Villamizar, vocalista de Bacilos; para la cantante de música country, Ella King; la DJ de música electrónica Natasha Dicks y también para las ecuatorianas Karol Noboa, Mirella Cesa, y muchos más, cuyos nombres se me escapan”, dice Morrison.

Su taller lo empezó en el sector de Guápulo, en Quito, pero hace pocos meses, abrió una tienda física en el centro histórico donde se encuentran todo tipo de artículos artesanales, hechos a mano. Es un lugar que le abre las puertas a otros diseñadores.

"Lo de crear sombreros salió de una historia muy bonita", dice. Ella que se considera un alma inquieta, estaba buscando hacer algo nuevo y un fin de año que se fue a la selva ecuatoriana, tuvo la visión, durante una ceremonia de hacer sombreros, buscar el concepto. Dos meses después estaba sacando la primera colección y con poco dinero

Su imagen ha sido portadas en varias revistas locales, donde se ha dado a conocer su obra tanto musical como actoral. Estudió teatro y arte dramático en Roma y en Los Ángeles. Pero su vida ha sido un ir y venir entre sus lugares preferidos, Nueva York por todo lo que representa en su vida laboral, ahí despuntó su carrera, ha recibido nominaciones y ganado premios, también ha cantado en festivales; Galápagos, por su amor a la naturaleza. Desde la pandemia se estableció en Quito.

En la década del 90, Morrison es contratada para hacer varios documentales, uno de ellos trataba acerca de un personaje real que vivió, a finales de los años 20, en la isla Floreana, en Galápagos. Era un baronesa que llegó con sus tres amantes. A partir de ahí, recuerda que el músico Héctor Napolitano, con quien tuvo una banda por 8 años, le puso el nombre al grupo La baronesa y sus amantes.

También se la conoce como ‘La baronesa del jazz’

Pero también se la conoce como ‘La baronesa del jazz’ porque se mueve, a través de ese género del que tiene mucho conocimiento. Ella es quien escribe las canciones y colabora en la producción. Se ayuda de un piano, instrumento que aprendió a tocar cuando tenía 5 años.

Sus temas se pueden escuchar en las plataformas musicales. Canta en inglés, español, italiano y portugués. Idiomas que aprendió gracias de la vida nómada que ha llevado a lo largo de los años.

“Ahora estoy cocinando, tal vez no mucha gente no me conoce, porque nunca hice novelas ni programas populares. Pero ahora estoy en un programa bastante visto, donde muestro mi creatividad en la cocina, que considero ecléctica, porque he vivido en muchos lugares y saco muchos sabores. Soy multicultural. Eso es lo que ha gustado y recibí un ‘cachetito’ del chef Rausch, en MasterChef, donde estoy compitiendo”, aseguró La baronesa, quien es madre de dos hijos, que la consideran una mamá ‘cool’.

Para leer más notas de EXTRA, haz click aquí