Se secó las lágrimas y se enfocó en ayudar a su familia para superar el COVID-19. La bailarina Carla Sala pasó duros momentos durante el confinamiento, sobre todo en marzo de este 2020, cuando contó por Instagram que su esposo, el doctor José Ernesto Amador, estaba internado en el área de cuidados medios intensivos en una clínica, al norte de Guayaquil.

Sala se encontraba con él en Buenos Aires, Argentina, pero vinieron a Ecuador el 13 de marzo para celebrar la graduación de la hija de ella (Carla Bruno), siendo uno de los últimos eventos que se pudo realizar antes de que se decretara la emergencia y la cuarentena.

Al poco tiempo, el galeno presentó síntomas relacionados con la enfermedad. También su suegra Sole, Carlita y su mujer. Luego, todos dieron positivo para el coronavirus.

“Fue muy triste, pero soy un ser humano de fe, alegría y llena de amor. Mi José Ernesto estuvo grave, me la pasé corriendo de un lado a otro sin besar a mis seres queridos. Ver la ciudad muerta porque había mucho dolor en las calles, todo lo palpé. No hubo un día que no saliera y me entristeciera lo que sucedía, no es fácil describir todo lo que viví, pero nunca decaí, eso era imposible en ese momento, tenía que estar fuerte”, contó la artista a EXTRA.

Oraba a diario

Pese a todo lo que acontecía en su vida, ella realizó varias publicaciones en sus redes sociales en las que pedía oraciones. Asimismo dio a conocer cuando su pareja fue dada de alta.

Reveló que ante lo sucedido derramó lágrimas solo una vez, pues las circunstancias no le permitían quebrarse. “Llorar no soluciona nada, tenía que estar anímicamente bien porque si caía en esos momentos hubiera sido trágico”, agregó.

EL PERDÓN

En enero de este año se retiró de la TV y lo anunció en el programa ‘De casa en casa’, de TC, en el cual era presentadora. En primera instancia dijo que a su esposo le hicieron una oferta de trabajo en Argentina y ella debía acompañarlo, pero antes de abandonar el estudio de grabación lanzó indirectas, en vivo, a una de sus compañeras de la televisión, al argumentar que esa persona se habría metido con su trabajo y el alimento de su hija. Luego manifestó a este medio que esa persona “tiene veneno en su corazón” y “odia verme feliz”.

Por eso al plantearle sobre el perdón en medio de la enfermedad, Carla dijo: “Solo Dios perdona, yo dejo ir, libero y sigo siendo feliz”.

Para ella, el COVID-19 confirmó lo que ella pensaba: “Haz el bien siempre. Sé un ser humano noble y no importa lo mal que te hayan hecho sentir, no dañes tu corazón”.

Sobre sus excompañeros de pantalla aseguró que se hicieron presentes. “Me enviaron mensajes muchas personas con quien trabajé de todos los medios y gente hermosa que sigue mi carrera y, por supuesto, a mi familia”.