Los Juegos Interparroquiales culminaron el fin de semana pasado con el encuentro más esperado: la final del fútbol entre San Antonio y El Quinche, que se disputó en la sede de Calderón y que marcó marcó historia, pues en el caso del ´Toñito´, buscaba su primer título en la categoría máxima, en tanto que los del nororiente querían tener su primer bicampeonato, ya que eran los campeones defensores del 2024.

El estadio de Calderón, al norte de Quito, volvió a llenarse con cerca de 2.000 aficionados el último domingo, como ya lo había hecho un día antes en la final femenina, donde Tumbaco venció a Pintag, mientras que en la categoría Varones Master, Cumbayá se impuso a Pomasqui.

En la previa, la hinchada de San Antonio vivió con más tensión, pues tenía cifradas esperanzas en que este era su año; se veían fuertes con una plantilla joven que había dejado ver su buen juego desde octavos de final eliminando a Calacalí, Tumbaco y Guayllabamba, aunque el último rival requirió definición por penales.

Justamente esa instancia no querían repetir, pues el especialista desde los doce pasos era El Quinche, que había definido así su camino ante La Merced, Calderón y Checa; de ahí que el partido se llevó con mucha prudencia de ambas partes en el primer tiempo, dejando pocas emociones, con apenas remates al arco y muchos balones largos que no favorecieron el espectáculo.

Ya en la segunda parte, San Antonio salió en busca del partido, siendo más ofensivo hasta que llegó la recompensa cerca del final, al minuto 81. Esteban Guerrero, quien tomó un cambio de frente por la izquierda, bajó el balón con el pecho y a dos tiempos definió, pues el golero de El Quinche alcanzó a bloquear un primer remate, pero dejó la pelota suelta.

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El tanto desató la locura en el estadio y los minutos siguientes fueron ´de infarto´. El Quinche, ahora sí atacando, puso muchas pelotas al área rival, mientras San Antonio se esforzó por sostener la pelota. Mientras eso sucedía, sus hinchas, pegados a las mallas, cruzaban dedos y elevaban sus plegarias para que no llegue el empate. Y se les dio, el tiempo se agotó y el triunfo se concretó.

“Nosotros salimos a buscar el partido, sabíamos desde que inició que éramos superiores, no habíamos venido por penales. Este gol no es mío, es de mis compañeros, dirigentes, de todos. Estamos muy contentos de poder darle el primer título a la parroquia”, expresó Guerrero mientras recibía felicitaciones por haber aparecido con ese tanto que marca historia.

Pedido especial a la Virgen de El Quinche

Oswaldo Santos, presidente de la Liga Deportiva Parroquial San Antonio no pudo contener la emoción y dejó escapar un par de lágrimas en el festejo. Logró el título que había sido esquivo, pero, sobre todo, según dijo, consiguió que existiera unión en su parroquia. “No sé porque había desunión, pero esto es el fútbol y esto ha traído a toda esta gente que cree en el deporte de San Antonio de Pichincha”.

El dirigente, sereno, confesó que tenía mucha confianza en el título, pero no solo por el nivel de sus jugadores, sino porque entre semana se fue de visita a la parroquia rival para elevar un pedido muy específico a la Virgen del Quinche. Orando, le dijo: “madre mía, tú eres madre nuestra, ellos ya fueron campeones, nosotros también lo somos, para ser campeones”. 

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