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Robert Arboleda compartió una tarde de indoor en Esmeraldas.LUIS CHEME

Robert Arboleda organiza torneo navideño en Boca del Lobo y une a Esmeraldas

Robert Arboleda regresa cada Navidad a Boca del Lobo para organizar un campeonato que une a la comunidad y motiva a la juventud

Cada diciembre, el barrio Boca del Lobo, en Esmeraldas, se llena de alegría y esperanza gracias a un gesto solidario que ha perdurado durante 18 años. Robert Arboleda, futbolista profesional y seleccionado nacional, regresa a su tierra natal para organizar una jornada deportiva que celebra el deporte, la unión y la fraternidad entre los vecinos.

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Este año, la cancha vibró con risas, aplausos y el sonido del balón mientras más de 20 equipos, incluidos dos femeninos, competían en un emocionante campeonato de indor-fútbol.

Desde las 09:00 hasta las 18:00, la energía fue palpable. Los gritos de aliento resonaron en el aire, creando una atmósfera de camaradería y emoción. Familias, amigos y jóvenes soñadores encontraron en el deporte una oportunidad para brillar.

Arboleda compartió con sus amigos del barrio Boca del LoboLUIS CHEME

El equipo San José Obrero Alto se coronó campeón, mientras que el 2do callejón de Boca del Lobo obtuvo el subcampeonato. Más allá de los trofeos, lo que realmente se celebró fue el espíritu de comunidad que Robert Arboleda ha fomentado a lo largo de los años.

Víctor Hugo Arboleda, coordinador del evento, agradeció el compromiso de Robert:

“Ya son 18 años organizando este campeonato, y en los últimos siete, él ha sido nuestro gran apoyo. Gracias a su nobleza, nuestros jóvenes tienen un espacio para soñar y competir”, aseguró.

Este agradecimiento resuena en cada rincón del barrio, donde la figura de Robert se ha convertido en símbolo de esperanza y perseverancia.

Con los pies en la tierra

A pesar de su éxito y fama, Robert Arboleda mantiene los pies en la tierra. Con humildad, aconseja a los más jóvenes a no dejar de estudiar y confiar en sus capacidades:

“Siempre les digo que no se menosprecien. Alcanzar una meta puede ser fácil, pero lo difícil es mantenerse”, recuerda.

Su historia es testimonio de lucha. A los 16 años dejó su hogar en busca de un futuro en el fútbol, enfrentando la soledad y la incertidumbre.

“Lloraba al llamar a mis hermanas, extrañándolas, pero siempre me alentaban a seguir adelante”, confiesa con una sonrisa nostálgica.

Este evento no solo celebra el fútbol, sino el poder de la comunidad. Los niños y jóvenes ven en Robert a un referente que recorrió el mismo camino que ellos.

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