En la Copa Sudamericana 2012 el defensa ecuatoriano Koob Hurtado junto a la Liga de Loja se destacaron en la cita internacional, torneo en el que enfrentaron a Sao Paulo y estuvieron cerca de eliminarlo en los octavos de finales. En la instancia anterior excluyeron al Nacional, de Uruguay.

En entrevista con EXTRA, el ‘Balotelli ecuatoriano’ reveló que en aquel partido, de ida (26 de septiembre de 2012), contra los brasileños el árbitro del encuentro, el chileno Julio Bascuñán, los animó para que dieran vuelta al resultado que terminó en empate (1-1).

¿Cómo los animó el árbitro en el partido contra Sao Paulo?

A nivel internacional se ve mucha diferencia en los partidos. Desde los árbitros. Me acuerdo que en ese partido contra Sao Paulo (1-1 en Loja, Ecuador) el árbitro Julio Bascuñán nos decía “cojan la pelota, jueguen rápido y demuéstrenles que son mejores que ellos. Y cuando vayan a meter, vayan y metan sin miedo” (entre risas). Cada vez que lo veía en Chile (mientras militaba en Cobreloa chileno, en 2016) le hacía acuerdo y nos reíamos.

¿Ayudó que el árbitro les dé aliento para que sacaran adelante el partido?

Obvio que nos ayudó bastante. Esa confianza que nos dio el árbitro cuando íbamos perdiendo (1-0) nos motivó y sacamos adelante el partido. Afuera dejan jugar mucho más los árbitros.

En casa empataron 1-1, pero en Brasil pusieron en aprietos al Sao Paulo

Contra Sao Paulo (en Brasil) a Lucas Moura (estrella del club en 2012) no lo dejé ni respirar, lo tenía bien marcado y estudiado. Él era rápido, pero por suerte mía también lo era, por eso nunca me sacó ventaja y cuando lo tenía mano a mano no le dejaba mucho espacio para que no me pueda regatear. Me le tiraba de cabeza, pero no le daba chances para que esté cómodo. Desde que supimos que nos enfrentábamos a Sao Paulo lo empecé a estudiar, era su mayor figura y a quien tenía que marcar.

En 2012 era la primera vez que Liga de Loja participaba en un torneo internacional y llegaba a cuartos de final ¿consideras que hicieron historia?

Por como celebraron los hinchas de Liga de Loja creería que hicimos historia. Cuando eliminamos al primer equipo (Nacional, de Uruguay) nos recibieron como si hubiéramos ganado una copa del mundo. ¡Hubo fiesta! Nos treparon a un bus y nos pasearon por la ciudad. También pusieron una tarima para celebrar.

¿Siempre te has caracterizado por ser temperamental dentro del campo de juego?

Siempre he sido temperamental dentro del campo de juego. Me ha gustado mostrar un carácter fuerte y no dar nada por perdido, no regalar nada, y esto es algo que ha marcado la diferencia con los demás. A mí me han visto con miedo porque ponía mi cara de perro (sonrió), pero fuera de la cancha soy el que siempre pone la alegría del grupo. Gracias a Dios esa alegría la tuve desde que era de niño, me la inculcó mi papá. Afuera soy un pan de dulce, mi cara de perro es solo para los partidos (carcajadas).

¿Por qué crees que te veían con miedo?

Porque siempre estaba con mi cara amarrada. Entre mis cejas tengo una arruga y cada vez que ponía cara de bravo se marcaba más, tenía cara de malo (rió). Escuchaba que entre los jugadores rivales se hablaban y decían “mira a ese negro, tiene cara de malo”. Me acuerdo un partido cuando recién debuté con Deportivo Cuenca (2006), nos enfrentamos a Liga de Quito que tenía a Elkin Murillo y Álex Aguinaga y jugaba de volante cinco. Le metía con todo a Murillo y me decía “eh morocho. ¿De dónde sacaron este negro? Mira como aruña, mira como mete, ni siquiera se ríe”… no me reía para nada porque era pelado y no quería que me muchachearan (entre risas).

¿Le decías algo a tus rivales durante los partidos?

No, eso no. No soy de los jugadores que le gusta estar hablando con los rivales. No soy de ‘boquillear’, eso nunca me ha gustado, esto es de frente, jugando. A mí varias veces me han insultado la madre y me he quedado callado, pero al que me ha insultado cuando tenía la pelota le daba su ‘cariñito’ (sonrió). Con la pelota se da y cuando no había pelota igual lo iba raspando.

¿Algún delantero le tuvo miedo a Koob Hurtado?

En los últimos años me tocó enfrentar a la Tuka (Roberto Ordóñez) y le metía puñetes, de todo, porque cuando íbamos a pelear la pelota era en serio. Lo que me di cuenta es que la Tuka es miedoso cuando le meten, cuando no le metes es que te ve las hue..., como dicen por ahí (rió). Pero cuando ya le metes de verdad se quiere cambiar de puesto y tenerte lejos. A un delantero que le metas fuerte dos veces ya no quiere saber más de ese defensa, es raro el jugador que aguanta.

¿Qué delantero te salió curtido?

En Chile choqué a Esteban Paredes, de Colo Colo, y él solo se me reía. Lo que sí hacía es decirme “negro culiao no te voy a comer” y le respondía “ya te voy a hacer comer, vas a ver”. Le metía y nada que se amilanaba. Después del partido conversamos y cuando nos encontrábamos siempre decía que era “un negro buena gente”.