Las hermanas Patricia, Lourdes y Gladys Espinoza dicen ser inseparables, fanáticas del fútbol y de la selección nacional, tanto así que se pegaron el viaje desde Ecuador hasta Colombia, para alentar a la Mini-Tri, en el Sudamericano sub-20 que se realiza en suelo cafetero.

Durante el último cotejo del combinado nacional, en el que los dirigidos por Jimmy Bran vencieron 1-0 a Bolivia (segunda fecha del Grupo B) las Espinoza fueron las que más gritaron y alentaron desde uno de los palcos del estadio del Deportivo Cali.

Con banderas en mano, cánticos y vuvuzelas, las cuencanas les hicieron sentir su apoyo a los jugadores del combinado ecuatoriano.

“Muy contentas de estar acá alentando a la selección. Este es el primer torneo internacional al que acudimos juntas. Antes solo habíamos viajado a Quito, para partidos de la selección mayor, por eliminatorias”, dijo Patricia, la mayor de las Espinoza.

Lourdes, por su parte, afirmó que en el partido ante los bolivianos “nos comimos las uñas”, por algunos errores defensivos que por poco le cuestan el partido a la Mini-Tri.

“A los chicos los veo un poco nerviosos aún. Tuvimos para meter más goles, pero Bolivia por poco nos empata, por errores nuestros. Espero que ante Venezuela (hoy, 26 de enero, a las 19:30) no suframos tanto (risas)”, dijo la segunda de las tres hermanas.

Gladys, quien fue una de las más activas al momento de alentar, afirmó que además de haber viajado para acompañar al elenco nacional, lo hicieron con la intención de conocer Cali y de realizar “algunas compritas”.

“Matamos dos pájaros de un solo tiro (risas). Nos encanta el fútbol y cuando vimos que se iba a jugar este torneo acá en Colombia, no lo pensamos dos veces en venir. Acá estamos aprovechando a comprar ropa, zapatos y otras cosas más, que en nuestro país sale muy caro”, indicó la menor de todas.

Viajó desde la ‘Yoni’

Unos asientos más atrás de las hermanas Espinoza, se encontraba Wilson Saltos. Pese a que no estaba vestido con la indumentaria de la Tri, un estampado de la bandera de Ecuador, en el pecho de su camiseta negra, delataban que también era ecuatoriano.

“Vivo hace más de 20 años en San Diego, California (Estados Unidos) y me vine exclusivamente a Colombia, porque mi anhelo siempre fue seguir a la selección de mi país en un torneo internacional”, afirmó el hincha de 50 años.

Saltos afirmó que el año pasado intentó estar en el Mundial de Catar, acompañando a la selección mayor, pero por temas laborales no pudo acudir.

“Sé que son torneos diferentes, pero en este Sudamericano me estoy sacando la ‘espina’ (risas) que me quedó por no haber ido al Mundial. Espero que estos chicos clasifiquen a Indonesia (Mundial sub-20, que se dará entre mayo y junio) y poder estar”, amplió el guayaquileño.

Portovejense, pero caleño de corazón

Mario Freire es otro de los hinchas ecuatorianos que ha estado presente en los dos partidos que hasta ahora ha disputado la Mini-Tri: ante Chile y Bolivia.

El nacido en Portoviejo, provincia de Manabí, reveló que llegó a Cali hace cinco años, por cuestiones laborales.

“Me siento un caleño más, porque esta tierra me ha acogido muy bien, pero tener a la selección acá me hace sacar el amor por mi país y me obliga a dejar todo, por venir a alentar a los chicos”, comentó Freire, quien aseguró que actualmente trabaja como chofer en una aplicación de taxi internacional.