Llegó hace ocho años al país a jugar en la serie B con la Universidad Católica, luego a la A y hasta en Copa Sudamericana, se conoce todo el país y se enamoró de Ecuador.

Hernán Galíndez, el golero del trencito, se nacionalizó ecuatoriano y dice que disfruta serlo. Tiene un sueño: jugar un partido por la Tricolor.

El arquero habló con EXTRA sobre lo que significan estos años en Ecuador, donde hasta encontró el amor de su vida.

¿Ocho años de vivir aquí?

Estoy en mi novena temporada consecutiva. Ha pasado increíblemente rápido tanto tiempo. Llegué el 18 de enero del 2012. Soy feliz de vivir acá, es un país al cual le debo muchísimo.

¿No imaginó vivir tanto tiempo acá?

Venía muy golpeado de Argentina, tenía seis meses que no jugaba en Rosario Central. Y cuando me salió la oportunidad de venir para acá no lo dudé. Dios sabe que hice bien.

Te cuento que tengo dos verdades, la primera pensé venir un año y regresar; y la segunda fue cuando mi representante me dijo que si subía al equipo a primera mi carrera cambiaría y eso es lo que ha pasado. Pensé que solo era para darme ánimo, pero mi vida se transformó.

Pensar que le ganó una bicicleta a Lionel Messi.

Somos de Rosario y recuerdo que el primer gol me lo hizo Lionel Messi, fue el único en ese año y en una ocasión fuimos a otra final. El premio era una bicicleta para cada uno y nosotros ganamos. Siempre jugamos en equipos contrarios. En esa final Messi jugaba para Tito Suizo y yo estaba en Estrella Jr.

Jugó en la serie B y terminó actuando en la Copa Sudamericana

Jugar en la B fue duro, venía de estar ante 40.000 personas y cuando entraba acá no había más de 20 o 30 personas. Los viajes eran largos en bus, muchas horas, pero supimos sobrellevar la situación y salimos campeones de la B. Al otro año disputábamos el torneo con el mejor Emelec que había visto. Terminamos a un gol del D. Quito que fue a jugar Libertadores y nosotros Sudamericana.

Fue una locura, porque a los años Católica llegaba a un torneo internacional.

¿En qué momento ama a este país como si hubiera nacido aquí?

Fue a medida que lo conocía. Viajando o paseando. A Ecuador lo único que le falta es publicidad. Los que están afuera no saben lo lindo que es este país, no digo cosas por decirlas, las expreso porque las siento y las pienso.

Le falta publicidad y agradezco al fútbol que me dio la posibilidad de conocer Ecuador. Si no jugaba, no hubiera conocido este país, porque no lo veía como un destino turístico. Ahora que lo conozco, uno puede hacer de todo, desde estar en una montaña, turismo de playa, viajar a Galápagos, conocer volcanes; Quito y Guayaquil tienen de todo, este país es hermoso.

Pero hay algo que me marcó en el 2016, días después del terremoto fui a comprar al supermercado. Recuerdo que estuvimos cerca de morir, porque tuvimos un aterrizaje minutos antes de lo que pasó en Manta. Pero mi historia ocurre cuando voy a comprar con mi cuñado, Federico Nieto, hicimos una colecta y no encontramos nada, las pechas estaban vacías, no había comida, pregunto qué pasó y me responden que todo lo compraron para enviarlo a Manabí, eso me tocó el corazón y a partir de ese momento me dije este será mi país para siempre.

¿Siempre tiene presente el tema de la Tricolor?

Respeto a los arqueros del Ecuador, pero si alguien me pregunta por un sueño, mi respuesta es que anhelo defender el arco del país, aunque sea un partido. Es lo más grande que me podría pasar, por lo que representa para mí este país.

¿Es de los pocos jugadores que tiene el respeto y admiración del resto de hinchadas?

Es muy lindo y me pone feliz. Habrá personas que les gusta como atajo, otras capaz que no y es normal. La gente me quiere por mi forma de ser, en unos años no voy a atajar, pero seguro que se acordarán de uno y eso es lo más valioso. Cuando voy a estadios como el Monumental, Capwell, Rodrigo Paz, la gente me muestra su cariño, me aplauden, me dicen que vaya a jugar a sus equipos, me piden fotos.

No es normal que te quieran fanáticos de otros equipos, no sé cómo me lo he ganado. Una vez me tocó jugar en el Capwell, la hinchada estaba muy cerca y un chico me dice que cuando sea grande quiere ser como yo, eso me hizo feliz. Es una de las cosas buenas que me da este país y el fútbol. Por eso soy agradecido.

¿Cierto que hasta el amor de su vida le dio Ecuador?

Es verdad, hace ocho años llegué a Ecuador. Vivía solo hasta el 2015. Me llama mi amigo Federico Nieto y me invita a un asado, cuando llegué estaba su cuñada, la hermana de su mujer. Nos conocimos y empezamos a salir, después nos casamos. Estoy más que seguro que si no estaba en este país no conocía a mi esposa. Todo estaba escrito.

¿Cuantos bebés?

Stéfano de tres años y Angeline de un mes y medio.

En redes sociales nunca contesta los insultos con palabras fuertes. ¿Eso es madurez o qué?

El respeto va más allá de cualquier cosa, si alguien me insulta y lo devuelvo de la misma manera, seguro que me falto el respeto. He tenido intercambio de ideas con la gente, pero con respeto. Jamás insultaría a otra persona.

¿Se queda a vivir en Ecuador?

Cuando me retire, no planeo mi vida fuera de Ecuador. Ya tengo mi vida acá. Mi idea es armar un centro de alto rendimiento para chicos, pero en el puesto de goleros. Que ellos coman y vivan donde entrenan, es un proyecto grande que anhelo concretarlo.