Antes que nada, el hecho de que algo sea considerado clásico tiene que ver con un antecedente histórico y de impacto, no puede ser algo relativamente nuevo.

Cuando lo trasladamos a un ámbito deportivo hay algunas normas, no escritas, que un encuentro debe incluir para tener esta denominación, y eso es algo que lo decide el espectador, no hay una “Real Academia de los clásicos” para determinar qué partido es o no es un clásico.

Para que un partido sea un clásico debe ser, para ambos equipos, el compromiso más importante del año. Esto quiere decir que en un país puede haber más de un clásico, pero un equipo no puede tener dos clásicos rivales. En Argentina, Boca y River son los más ganadores, y no hay discusión que el partido más importante para los dos equipos es cuando se enfrentan. 

A pesar de que Independiente es el máximo campeón de América y el 3ero más ganador de ese país, su rival histórico es y será Racing, y su partido más importante es contra Racing.

El Barcelona-Real Madrid o el PSG-Marsella no son clásicos desde el éxito deportivo, tiene que ver con rivalidades políticas, económicas y sociales entre las ciudades Madrid-Barcelona o Marsella-París. Otro caso es la Juventus, la rivalidad del clásico italiano con el Inter es más impulsada por Turín que por Milán. Nadie le discute la grandeza a la Juventus, pero el Inter tiene como principal objetivo ganarle al Milan y el Milan al Inter.

Entonces, ¿qué partido es un clásico? Depende más de lo que representa para el aficionado que lo que le digan que debe representar y que ese sentimiento sea mutuo en los dos equipos; si la motivación es política, social, geográfica o religiosa es otra discusión.

Responder la pregunta de si el partido en cuestión es el más importante del año para ambos equipos es un buen primer paso para saber si un partido es un clásico o no.