El historiador Luis Bajaña fue el encargado de hacer sonar el caracol para empezar la ceremonia en honor al ‘día del equinoccio’ llamado también por los comuneros de Sacachún como el ‘día del florecimiento’, celebración ancestral que se cumple a las 12:00, cada 21 de marzo, en la provincia de Santa Elena.

Bajaña explicó que, anteriormente este acto se efectuaba en un área denominada ‘círculo de piedra’, en lo alto del cerro Las Negras, porque en ese sitio, justo en ese día y en la hora indicada, el sol se ubicaba en la parte central.

Ahora, debido a lo difícil para acceder al lugar, desarrollaron el programa al pie del monolito San Biritute en Sacachún, en la comuna ubicada a 105 kilómetros de la capital de la península.

Jacinto Tumbaco, de 93 años, el más longevo de la comuna, presidió el rito que empezó con el encendido de pedazos de palo santo colocados en pequeños recipientes de barro para que el humo aleje los malos espíritus.

Un grupo de jóvenes vestidos de aborígenes y como la Venus de Valdivia se ubicó frente a la estatua de San Biritute para rendirle pleitesía. En ese momento, mientras sonaban tambores y maracas, los presentes danzaban. Después cada uno se acercó al monolito y le ofreció los frutos de la tierra.

“Gracias San Biritute, tú eres mi patrón, aquí tienes parte de mi cosecha que gracias a la lluvia que enviaste he podido obtener. Nunca pierdo la fe contigo”, expresó don Jacinto Tumbaco, quien motivó a los presentes a implorar con mucha fe en el ritual.

Estanislao Yagual, otro de los presentes, rogó para que se termine pronto la pandemia y aunque en este lugar nadie habría fallecido por la enfermedad, continúa la preocupación por los decesos en comunas aledañas.

“San Biritute, tú nos proteges, pero te pedimos que ya se termine esta plaga”, mencionó Yagual con mucha fe.

El programa fue coordinado por Casa de la Cultura núcleo de Santa Elena, cuyo director, Félix Lavayen, explicó que lo más importante es rescatar las costumbres ancestrales, para ello es fundamental el conocimiento de los adultos mayores. “Los jóvenes tienen que emular las creencias de sus mayores, ese es el propósito que nos hemos planteado”, indicó.

Además de los habitantes, a la jornada ritual se sumaron algunos turistas que llegaron ávidos por conocer la creencia.