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Buena Vida

Pamela Cortés: “Toda mi vida cambió por completo”

La Paquita ecuatoriana reveló el porqué decidió ponerle pausa a su carrera musical. Pronto lanzará un nuevo tema.

Foto de Sistema Granasa
La Paquita ecuatoriana reveló el porqué decidió ponerle pausa a su carrera musical. Pronto lanzará un nuevo tema.Juan Faustos / Extra

Hace tres años que la cantante Pamela Cortés decidió ponerle pausa a su carrera artística. Sus presentaciones han sido esporádicas, únicamente en eventos puntuales, pero nada más. ¿La razón? una condición genética llamada trombofilia, que es la propensión a desarrollar trombosis o coágulos sanguíneos muy peligrosos debido a la anormalidad en su sistema de coagulación.

Este mal que se le presentó a los dos meses de estar embarazada de su único hijo, Max, le causa muchos dolores, lo que la ha llevado a efectuar cambios radicales en su vida y en su salud. Por ejemplo, tiene que estar medicada diariamente y hay ocasiones en que debe apoyarse en un bastón para poder caminar. Aunque ha evitado hablar abiertamente de este tema, pues no desea provocar pena entre sus seguidores, la Paquita ecuatoriana decidió abrirse, esta vez, con DOMINGUERO para hablar de los motivos de su ausencia.

Desde hace tres años que lanzaste el tema Muñequita, ha habido un receso en tu carrera musical, ¿a qué se debe esa ausencia?

Lanzamos Muñequita, fueron dos noches de concierto en el Sánchez Aguilar y después me tomé unos meses de descanso. He estado en proceso de adaptarme a mi nueva salud, a un nuevo estilo de vida, de adaptarme a tres, cinco días de dolor y después estar fantástica y volver otra vez al dolor y así... Después de esto me tocó parar un poquito y me dije necesito descansar un mes.

Y el mes se hizo años.

Se me hizo largo. Después de un tiempo lanzamos Mentira, nos fue bien y de ahí paré. No quería quedar mal, no quería incumplir, no quería ser impuntual, no quería cancelar.

Luego del alumbramiento de Max tu salud se deterioró.

Sí, se deterioró. Toda mi vida cambió por completo, dio un giro tremendo, no me vengo a quejar, te vengo a explicar...

Es tiempo de que la gente sepa lo que te pasó.

La gente me pregunta si me retiré. Y tiene razón en preguntárselo, tal vez decidí retirarme para ser madre y ama de casa y fantástico. Hay mujeres que disfrutan mucho esto.

Pero no es tu caso, porque tu para de actividades es obligada.

Así es, es obligada. El pare fue a palos.

¿Cuál es la condición que te afectó?

Sufro de trombofilia, una tendencia a hacer trombos o coágulos de sangre en arterias, venas, yo qué sé.

Tu estado es de riesgo, en cualquier momento se puede presentar algo peor.

Vivo anticoagulada, vivo medicada todos los días, cuando tengo que hacer conciertos tengo que dejar el medicamento y cambiarlo porque de lo contrario al forzar las cuerdas vocales se irritan y todo porque está la sangre anticoagulada y es todo un cuento. Si voy a grabar una producción es lo mismo y es todo un drama.

¿Cómo te has adaptado a esta vida que jamás imaginaste?

Me he tenido que volver a adaptar. Me dieron tres trombosis durante el primer año de Max. Tuve que aprender a usar un bastón. A veces cuando estoy muy adolorida lo uso y la gente inmediatamente se llena de mucha curiosidad y no quiero explicarles tanto porque no deseo darles pena. Entonces aprendí que cuando siento dolor lo tengo que usar y así no me quedo en la casa 3 o 4 días lamentándome, sino que agarro el bastón y salgo. Por ahí alguien, un par de veces, me ha visto en cocteles, en eventos, con mi buen taco, regia con mi vestido y mi bastón (risas).

Ya lo hiciste parte de ti.

Aprendí a adaptarme y a no tener pena por mí...

¿Vergüenza tal vez?

No quiero decir vergüenza, pero al principio no entendía. Lo que pasa es que soy muy introvertida en mi día a día, aunque en el escenario no lo parezca. Entonces si pueden no verme mientras estoy caminando mejor (Risas). Siento que llamo la atención con el bastón. Ha sido un proceso de adaptación interesante, tal vez de arriba me lo mandaron obligatorio para que me entienda y me conozca mejor. Nunca paré desde los 11 años. Tal vez hay una razón detrás de todo esto.

¿Qué te dicen los médicos, sigues algún tratamiento específico?

Ya me han dado tres trombos, tengo un filtro en el abdomen, he tenido la bendición de estar rodeada de fantásticos doctores aquí en Ecuador, ellos me salvaron de que me dé una embolia pulmonar, cerebral. Lo mío está en la pierna izquierda desde el tobillo, hasta el muslo y más arriba del ombligo. Ahí tengo un filtro, que es como una cernidera para que los coágulos no suban y así evitar la embolia. Gracias a la tecnología he podido contarla, pero he vivido años de terror, porque no sabes en qué momento te está dando algo y tienes que ser responsable por tu hijo. Y tengo que estar para él y de pronto David se asusta y quisiera que se relaje un poquito más. Tengo la bendición de contar con amigos y una familia que me apoya y me levanta con pala de la cama.

¿Esto te imposibilita para volver a ser madre?

En esta situación es complicado. Varios doctores dieron el sí y me quise arriesgar hasta principios de este año, pero luego con David dijimos que no, es un tema delicado. Además ya tenemos a Max.

¿En qué momento empezó toda esta pesadilla?

El mal se presentó durante la gestación. Siempre fui activa, sana, pero en mi genética estaba dormida una deficiencia en una proteína que se activaba con el embarazo o tabaquismo. Hay que crear conciencia de que cada vez que una mujer salga embarazada debe chequearse. Fui donde el doctor por fiebre, a los dos meses de gestación y por suerte en los exámenes salió la trombofilia. Estuve medicada todo el embarazo. A Max le vamos a hacer el examen el próximo año, ya que los varones también pueden tener esta condición, pero en el caso de los niños no hay que medicarlos. Pero sí deben saberlo para el futuro.

¿Todo esto fue lo que te apartó de tu carrera musical?

Sí, pero hago más cosas. No estoy alejada de hacer conciertos. El Municipio de Guayaquil me contrató, el año pasado, para un evento en Puerto Santa Ana con la Orquesta Filarmónica que dirige David. Este año he cantado dos veces con la misma orquesta.

Te vi cantar el himno al 9 de Octubre y te desenvuelves bien con el canto lírico, ¿acaso David te da clases?

¡Pobre hombre! aguantarme todo el día y encima entrenarme, no. Déjalo que descanse. En casa casi no hay música. Más bien es Max al que le gusta el rock y sus cosas. Aunque no lo creas es roquerísimo y si te digo lo que le encanta te quedas loca... Le gusta AC-DC, Def Leppard, Led Zeppelin, Metallica, Megatdeth, Bon Jovi, no sé qué le pasó. Tiene 5 años, pero en su alma es como de 50 (risas).

La madre romántica y el padre clásico.

David y yo también somos roquerísimos. Él toca rock con el bajo y Max ve eso y lo sigue. David pasa mucho en la música clásica tocando el piano y las obras que debe preparar. Y toca muy bien bajo y guitarra. Soy su fan.

Más de ella...

-Guayaquileña, de 37 años.

-Estudió música desde los 6 años en el conservatorio. Su instrucción siguió en Miami.

-Sus padres son chilenos, es la menor de tres hermanos.

-Ha actuado en obras de teatro musicales como Cabaret, Avenida Q, con Jaime Tamariz y el Mago de Oz.

-Ha tenido propuestas para hacer novelas, pero prefiere mantenerse al margen.

-Está próxima a lanzar su tercera producción, Alguien Mío, la que escribió hace muchos años y habla de la necesidad de ser mamá.

-Es madre de Max, un niño de 5 años producto de su relación con el director de la Orquesta Filarmónica de Guayaquil, el armenio David Harutyunyan.

-Max habla español, alemán, entiende algo de ruso e inglés.

Fotos: Juan Faustos // Producción: Alejandra Cereceda

Colaboración Maquillaje: Marcia Lema (IG @marciamakeup) Peinado: Daniela Lema (IG @danielalemamakeup) Styling: Alex Margary (IG @alexmargary) Vestuario: Mónica Campaña (IG @monicacampana) y De Prati (IG @deprati) Locación: Teatro Sánchez Aguilar (IG @teatrosancheza)