Unos altares con flores que serán colocados en unas 35 o 40 intersecciones del casco histórico de Cuenca marcarán la ruta del tradicional Pase del Niño Viajero, cuya procesión no se realizará este año debido a la pandemia.

“Los tabernáculos se adornarán con flores y los arreglos estarán a cargo de los grupos de devotos del Niño Jesús”, explicó Carmen Livipuma Pulla, quien mantiene la tradicional festividad de diciembre.

Estos altares se levantarán en las esquinas de las calles por donde anualmente recorrían las delegaciones y carros alegóricos con la imagen, representando el nacimiento bíblico.

El pan y la chicha se entregarán a un grupo limitado de feligreses en la puerta de la vivienda de Livipuma, en la esquina de las calles Presidente Córdova y Estévez de Toral. Ahí colocarán una gran mesa consagrada con una réplica del Niño Viajero.

Sobrevuelo

El Pase “es una de las fiestas espirituales más importantes de Latinoamérica”, expresó el arzobispo de Cuenca, Marcos Pérez, pero por el problema mundial del COVID-19, se ha previsto para ese día (25 de diciembre) hacer un sobrevuelo con la tradicional efigie.

Además manifestó que través de los altares y de manera simbólica, el pueblo recibirá la bendición del Niño Dios.

Los devotos podrán simular el acompañamiento al Niño desde sus puertas y terrazas de las viviendas.

El religioso destacó que la imagen permanecerá expuesta todo diciembre, en la Catedral de la Inmaculada Concepción, donde los fieles podrán asistir cumpliendo con las normas de bioseguridad. (JM)