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Familia
La honestidad empieza en 'caleta'
Los actos de corrupción no solo se dan en entidades públicas, estos pueden aparecer en tu hogar si lo permites. Por eso enséñale a tus hijos que los valores… ¡valen!
Sale en su vehículo y no le toca circular. Encima no cuenta con ningún salvoconducto que justifique su desplazamiento. De repente aparece un agente de tránsito y lo hace estacionar. Lo primero que se le pasa por la mente es ‘arreglar’. O en algún momento de su vida, le dio un ‘cariñito’ al profesor que ayudó a su hijo en el examen de supletorio.
Aunque le cueste reconocerlo estas acciones carecen de honestidad, y en ocasiones se las quiere cubrir con términos que las hagan sonar menos vergonzosas, señala el sociólogo y catedrático Juan Salazar, quien manifiesta que hay dureza a la hora de juzgar los actos de los demás, pero cuando se trata de uno hay justificación y condonación.
Para la psicóloga clínica y orientadora familiar, Miriam Florencia, la corrupción es un acto de la voluntad, en el que la persona decide actuar de esa manera, por lo general nadie lo obliga, y estos comportamientos van de menos a más. La experta indica que los valores son fundamentales. “Si en la familia no se fomenta todo tipo de principios, vamos a vivir en una sociedad llena de deshonestidad, en la cual el hombre es el enemigo de su especie y prevalece el individualismo ante los intereses de la colectividad”, enfatiza.
Así como el descanso físico y la buena alimentación es esencial para una vida llena de bienestar, la honradez lo es para la salud del alma, que la nutre de armonía, y eso es lo que busca el ser humano: la paz interior.
La honestidad a su vez le da solidez a otras virtudes como el respeto, la solidaridad, la integridad, entre otras, expresa la psicóloga clínica, Maribel Velásquez, quien menciona dos posibles consecuencias, a corto y largo plazo. En la primera podría presentarse la desconfianza hacia las leyes y las personas que las representan; y en la segunda, la declinación de valores éticos y morales, es decir la naturalización de la corrupción, en otras palabras, acostumbrarse a ella.
Hay cómplices silenciosos
La familia hoy en día carece de valores y se va transmitiendo de generación en generación. “Por eso vemos casos en el que los padres cometieron algún acto de deshonestidad, luego los hijos también los realizan, los nietos y así sucesivamente”, subraya Florencia, quien dice que un corrupto tiene cómplices silenciosos en casa. “Un esposo de la noche a la mañana cambia de carro, compra casa nueva, gasta dinero en viajes sin recibir un aumento salarial notable. Inmediatamente debe sospechar su familiar más cercano, por ejemplo su pareja, pero a veces calla porque le gusta el nuevo estilo de vida o lo ama demasiado y decide callar”, finaliza.
EXTRATIPS
- No consientas ningún acto deshonesto, ya sea como espectador o actor. Recuerda: Siempre serás el ejemplo a seguir de tu hijo.
- Si tu vástago tiene algo que no le compraste, indaga. No para acusarlo, pero sí para saber su procedencia.
- Si hay leyes en casa, en la escuela, recuérdaselas y explícale que estas son para el beneficio del hombre y la comunidad. Asimismo hazle ver que cada acto tiene su consecuencia y en el tema de la corrupción, según el caso, puede implicar cárcel, expulsión del colegio, etcétera.
- Enséñales que quizá no puede impedir los actos de corrupción de otros, pero sí los propios. Que vivir en integridad le permite dormir sin temor de ser descubierto y que la persona honesta goza de aceptación, prestigio y es digna de confianza.
Miriam Florencia, psicóloga y orientadora familiar
Juan Salazar, catedrático y sociólogo.