Minutos antes del pitazo inicial que marcaba el debut de Ecuador en la Copa América ante Venezuela, un ambiente especial se vivía en la urbanización Mujer Trabajadora, en el norte de Santo Domingo. La atención de los residentes se centraba en la actuación de Moisés Caicedo, el jugador más representativo de la Tricolor.

Caicedo recibió el apoyo incesante de sus familiares, vecinos y amigos. Las personas que lo vieron crecer en su barrio natal se reunieron, como de costumbre, en la casa de don Kléber Vera para alentar a su "eterno vecino", Niño Moi.

Una intensa lluvia cayó sobre las 40 personas que se habían reunido para presenciar el partido. El temporal no impidió que los asistentes prestaran atención a la pequeña televisión que reposa en la fachada del hogar. La tarde era fría y la tensión crecía con el desarrollo del juego.

La expulsión de Enner Valencia dejó a la Tri con un hombre menos y la desesperación se apoderó de los presentes. El combinado dirigido por Félix Sánchez no lograba mejorar su juego y la frustración aumentaba.

El gol de Jeremy Sarmiento levantó los ánimos de todos por un momento. La lluvia se mezcló con la cerveza derramada y el cristal roto en la celebración. Sin embargo, la alegría duró poco. Venezuela remontó el marcador y Ecuador sumó su primera derrota en el torneo continental.

Los sobrinos de Moisés Caicedo, Ibeth y Santiago, no perdieron la esperanza. "Le doy fuerzas a mi tío. No importa el resultado. Yo sé que él podrá hacer goles en los partidos siguientes (ante Jamaica y México)", afirmó Ibeth.

Santiago, por su parte, lució una camiseta del Chelsea con el dorsal #25 de su tío y expresó su análisis del encuentro. "La Tri deberá jugar al todo o nada en las fechas restantes. Nos falta gol. Sé que los muchachos pueden y yo sé que vamos a poder avanzar de ronda, pero el profe Sánchez debe ponerse las pilas con ese puesto", aseguró.

Con esa misma opinión coincidió Luis Villagrán, el mejor amigo de la infancia de Moisés. "Todavía hay esperanza. Hay dos partidos más, y hay que ver cómo queda el México-Jamaica. Mejorar en la delantera", señaló.

A pesar del amargo sabor de la derrota, los asistentes se despidieron con la frente en alto. Los dos partidos restantes serán decisivos y, más allá del resultado, el barrio de "Niño Moi" no dejará de alentar a su país y, sobre todo, a su "eterno vecino".

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