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Como repartidores a domicilio se disfrazan los delincuentes en Quito.EXTRA

Quito: La delincuencia se disfraza de repartidores a domicilio ¿Cómo operan?

El último caso que salió a la luz fue el de un policía que intervino en un posible robo y fue atacado a tiros

El servicio de entregas a domicilio en Quito ha crecido exponencialmente en los últimos años. Lo que comenzó como una alternativa práctica durante la pandemia, actualmente se ha convertido en una industria de alto movimiento. Sin embargo, su rápida expansión ha traído consigo un problema creciente: la inseguridad.

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En la capital, hechos recientes demuestran que algunos repartidores estarían usando su rol, que muchas veces los hace pasar desapercibidos, para cometer delitos, mientras que una ordenanza municipal diseñada para regular el sector —y que fue ampliamente promocionada— sigue sin aplicarse.

Repartidores se regularizarían en el Cabildo presentando sus documentos.HENRY LAPO

Último caso

El viernes 7 de marzo, un intento de robo en el sector financiero de Quito derivó en un tiroteo entre un policía y un presunto delincuente que se movilizaba en motocicleta con apariencia de repartidor.

Según un informe del caso, el uniformado intentó interceptarlo luego de evidenciar un posible asalto, pero la respuesta del sospechoso fue abrir fuego contra el agente. Este incidente dejó en evidencia el uso del servicio de delivery como una pantalla para delinquir, una situación que preocupa a los capitalinos.

Este hecho refleja un grave problema: la falta de regulación efectiva sobre quiénes operan como repartidores en la ciudad y cómo las plataformas de entrega controlan a sus trabajadores o el acceso a la vestimenta y las llamativas maletas que portan en sus espaldas, como el individuo que disparó al policía.

Identidades falsas

Otra grave alerta surgió tras una investigación realizada por un equipo periodístico de EXTRA. Durante el sábado 8 y el domingo 9 de marzo, se realizaron dos pedidos en aplicaciones de delivery. En ambos casos, la plataforma indicaba que el pedido llegaría en manos de una mujer. Sin embargo, los repartidores que arribaron fueron hombres.

El fiscal César Peña, basado en su experiencia, advierte sobre el peligro de esta práctica. “Si alguien confía en que el pedido lo entrega una persona registrada en la aplicación, pero llega otra, esto permite que un delincuente opere sin dejar rastro”, explicó. Además, menciona que no se puede descartar que estos datos pudieran pertenecer a alguien que ya no está en el país, que ha fallecido o incluso que está en la cárcel.

Nelson Yépez, especialista en seguridad, también destaca esta problemática. “El delincuente encuentra la falla y se aprovecha. Hay casos en los que quienes sí califican para trabajar prestan su identidad a otros, lo que permite que personas con antecedentes o con intenciones delictivas operen sin ser detectadas”, detalla.

Ordenanza municipal

Para regular el servicio de delivery y mejorar la seguridad en Quito, el Concejo Metropolitano presentó, en julio de 2024, el proyecto de una ordenanza que establece un registro obligatorio para los repartidores.

Entre los requisitos, se destaca la exigencia de cédula de identidad, matrícula del vehículo y un comprobante de pago del 2.5% del Salario Básico Unificado ($11,75 en la actualidad). También se contemplaba la emisión de credenciales con códigos QR y la obligación de que los conductores se retiren el casco al entregar pedidos.

Los deliverys incluso trabajan en bicicletas.RENE FRAGA

Sin embargo, a pesar de su aprobación inicial, el proyecto habría quedado estancado, pues el portal oficial del Municipio de Quito, en su sección de Ordenanzas, muestra que el proceso no ha avanzado y, en la práctica, no hay evidencia de que las plataformas ni los repartidores estén cumpliendo con estos requisitos.

Falta de control

Otra de las preocupaciones es la falta de regulación de las empresas que operan estos servicios. Los expertos coinciden en que muchas de estas compañías no contarían con un vínculo laboral con sus repartidores, dejándolos en un limbo legal. Explican que estas aplicaciones no los aseguran ni establecen controles estrictos.

EXTRA buscó los contactos de estas aplicaciones dedicadas a repartir alimentos y otro tipo de productos en la capital, y no todas muestran un canal de contacto directo. Una de ellas, en los documentos de términos y condiciones, registraba un correo electrónico.

En consecuencia, se envió una solicitud de información, pero no hubo respuesta hasta el cierre de esta edición, pese a que la recepción del mensaje fue confirmada.

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