Laura Iza permanece sentada en un banquito, junto a las rejas de la capilla de El Sagrario, en el Centro Histórico de Quito. De una bolsa de tela saca unos papeles y empieza a llorar. Se trata de un proceso de sanción por vender en espacio público. Después de 43 años de expender velas y elementos religiosos, es la primera vez que se enfrenta a eso. “Tengo que pagar una multa, pero no me alcanza. Ni siquiera sé de cuánto es”, lamenta.

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La mujer, de 82 años de edad, cuenta que hasta hace unos años trabajaba al otro lado de la reja, es decir dentro del predio de la iglesia, pero “el cura nos dijo que no podíamos vender ahí”. Pasó años escondiendo sus cosas o resguardándose en el atril de la iglesia para que no se las quitaran. “Esta vez solo me pusieron la multa, pero me dijeron que la próxima sí se llevan”, dice la adulta mayor.

¿Qué pasa con el trámite del Permiso Único de Comercio Autónomo?

A pesar de que ha pasado la mitad de su vida en su negocio, no ha logrado concretar la obtención del permiso de funcionamiento. Mostró los papeles, así como un oficio de un gremio de comerciantes que la respalda, y le pide al Cabildo que le entregue el permiso.

Doña Laura reconoce que no ha podido ir a unas capacitaciones debido a su avanzada edad y sus enfermedades. Hace unos años tuvo una fractura de cadera, por lo que fue operada, aunque no recuperó la movilidad ciento por ciento. “También he perdido la visión de un ojo. Trasladarme de una dependencia a otra es difícil para mí”.

Por eso, pide que le permitan seguir trabajando, pues aunque no vende más de 10 dólares diarios en un día bueno, al menos logra comer y pagar el arriendo de un cuarto en el barrio La Chilena, unas cuadras más arriba de El Sagrario. “Mis hijos migraron. Una que se quedó aquí tiene una hija que tiene problemas de salud. Tampoco tengo quien me ayude”, explica.

Su único pedido al Municipio de Quito es que le otorguen el permiso para seguir subsistiendo. Nada más.

Ya no hay permisos de comercio para el Centro Histórico

La Agencia Metropolitana de Control (AMC) informó a EXTRA que ha sido la iglesia la que ha pedido que doña Laura sea retirada, ya que vende sahumerio y supuestamente el humo estaría dañando los cuadros y piezas de pan de oro. La entidad agregó que uno de sus familiares podría hacer trabajo comunitario por ella para saldar la multa.

La Administración Zonal Manuela Sáenz explicó que el código municipal en el artículo 1332 prohíbe permisos nuevos en el Centro Histórico. Sin embargo, hablaron con la autoridad de El Sagrario para que le permita vender en el interior y se identificaron espacios donde podría colocarse, como la Basílica. Aseguran que no aceptó.

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