El 2022 pinta ‘oscuro’ con todo lo que ha pasado en 2021. Sin embargo, expertos en economía, salud, seguridad y política guardan una esperanza con la actuación prolija y estratégica de este Gobierno, si eso es lo que sucede. Hay ilusiones, pese a la falta de billete y al aumento de criminalidad. Además, algo que aún condiciona al país es la pandemia y el avance, reactivación y otras aristas más dependerán de cómo se controla a la COVID.

“Acciones tibias” tambalean la política de este año

Marcelo Espinel, analista político y subdirector de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, comenta que los retos del Gobierno Nacional son grandes durante el 2022, pues la crisis institucional, a pesar de que se ha mantenido por décadas, en 2021 se ha agudizado.

“Recae, sobre todo, en la Asamblea Nacional, porque es una entidad que no ejecuta obras, sino que crea leyes”, dice. Para los ciudadanos, el trabajo de los legisladores no es algo tangible, lo que se suma a la tensionada relación con el Ejecutivo.

El panorama es incierto, puesto que el 2022 es, además, un año preelectoral. “Y se definirán las candidaturas para las elecciones seccionales”, agrega.

Esto tiene que ver con la gobernabilidad del primer mandatario y su representación en la Asamblea Nacional. “Si quienes ganen están alineados u opuestos al Gobierno para apoyar sus decisiones, es un paso decisivo”, explica.

Si bien, según el experto, el presidente Guillermo Lasso ha intentado mostrarse duro ante acontecimientos como la crisis carcelaria, lo cierto es que también atraviesa “una crisis de legitimidad, pues sus acciones han sido tibias”.

Los retos

La Asamblea tiene tareas difíciles en este año, según Espinel. Lo primero, cumplir una ambiciosa agenda legislativa. Segundo, iniciar acciones que generen o recuperen de alguna forma la confianza de los ciudadanos. Y tercero, “los legisladores deberán poner en evidencia que tienen intención de llegar a consensos entre ellos y con el Gobierno central”, agrega.

Este último se las verá ‘negra’ en este año, puesto que las decisiones, como la de aumentar 25 dólares al salario básico, podrían resultar contraproducentes en su relación con el sector privado.

Para el analista, el panorama del país en materia política es incierto debido a los problemas que se tienen que resolver desde el Ejecutivo. “Le vienen cosas fuertes, como la Ley de Fomento al Desarrollo y las reformas al Código de Trabajo”, agrega.

Todas estas crisis generadas tanto en el aparato gubernamental como en el legislativo ponen al país de frente a un escenario que no se ha analizado bien: las consultas populares y las constituyentes.

“Es hora de llegar a consensos y que las acciones se transparenten para que el Gobierno supere los problemas de gobernabilidad que, a pesar del poco tiempo que lleva, ya tiene”, concluye. 

Si el Gobierno no se pone pilas, ¡estamos jodidos!

Sobre la salud de los ecuatorianos, Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, indica a EXTRA que los primeros meses de 2022 van a ser complicados, debido a situación actual que enfrenta el país tras la llegada de la variante ómicron -por su transmisibilidad espectacular-, el aumento de contagios y el relajamiento de los ciudadanos. “Es un panorama incierto en enero... un sistema sanitario que no va a colapsar, pero va a tener dificultades en atender el incremento de casos COVID, conjuntamente con los pacientes crónicos... sombrío primer trimestre”.

Recuerda que ya el sistema sanitario está debilitado por la falta de insumos y medicamentos. Pero depende de cómo el Gobierno de Guillermo Lasso maneje el aumento de la transmisibilidad: con una estrategia adecuada para tener una estabilización y con una nueva metodología en el sistema de compra de medicinas e insumos.

“Lo que usted está viendo no solo es culpa de este Gobierno, lo que vemos es la caída de todos esos procesos de hace 1 o 2 años, incluso más, en los cuales de una manera arbitraria, incluso rayando en lo anormal, se realizaban compras a dedo, compras no adecuadas y tampoco se daba paso a procesos en los cuales la puja o la demanda eran transparentes”, manifiesta Álvarez.

Los primeros meses son cruciales, repite el médico, para que el sistema sanitario mejore, se estabilice o decaiga. “Pero tenemos confianza en que se van a hacer los correctivos correspondientes para que por fin podamos empezar un proceso de recuperación en la salud, no solamente por la COVID-19, sino por todos estos problemas que hemos tenido y, sobre todo, por esa epidemia moral e inescrupulosa que es la corrupción que vivimos en la salud de los gobiernos anteriores”, destaca.

Según el experto, todo es el resultado de la politización de un Ministerio de Salud netamente técnico. “La solución sería regresarlo a que sea un ente técnico y no un reparto o botín político”, dice.

Sobre quiénes serían los más afectados si el quiebre se mantuviese, Álvarez insiste en que todos los pacientes serían vulnerables. “Pero existen grupos de riesgo y la afectación es más peligrosa”. Son las personas vulnerables y los pacientes con enfermedades crónicas, catastróficas, inmunológicas que necesitan medicación que en la mayor parte de los casos es de costo elevado.

“El 2022 puede ser más violento que el 2021”

Caminar por la calle con miedo de ser asaltados no es una sensación que se irá una vez que se terminó un sangriento 2021. La violencia irá en aumento y se concentrará, sobre todo, en ciudades como Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta, según el analista de seguridad Marcel Merizalde.

El docente explica a EXTRA que el 2021 fue uno de los años más violentos de la década, pero que el 2022 puede serlo incluso más. “Ahora se vive una tensa calma en las cárceles, pero en cualquier momento vuelve a explotar”, comenta.

También opina que las acciones del Gobierno Nacional han sido tibias para enfrentar la crisis carcelaria, “que no es otra cosa que el síntoma de que las organizaciones delincuenciales gobiernan el país”.

Los delitos

Durante los meses venideros prevé que los delitos que más se registrarán a nivel nacional serán los que vayan en contra de la vida e integridad de las personas. “Ya hemos visto que primero le disparan a alguien para luego robarle. Esto se va a exacerbar”, explica.

Esto tendrá como consecuencia “una sensación de indefensión y de Estado fallido”, que se manifestará en los reclamos o protestas al Gobierno, pero también con la búsqueda de justicia por mano propia.

“Los ciudadanos se cansan de vivir en la zozobra y buscan defenderse de alguna forma. Aunque eso signifique incurrir en más delitos”, precisa.

Esto se evidenciará, sobre todo, en zonas con más incidencia del narcotráfico. “Los puertos como Manta, Guayaquil y Posorja” son puntos vulnerables, agrega.

Los retos

Para las autoridades, el camino está definido en tres frentes, precisa.

En primer lugar está la crisis carcelaria, que no ha podido ser controlada. “Las mafias siguen mandando dentro de las penitenciarías y seguirá muriendo gente inocente”.

En segunda instancia, las entidades bancarias serán el blanco de la delincuencia en los próximos meses, según el analista, porque ahora su objetivo son las grandes cantidades de dinero. “Incluso, cuando los ciudadanos saquen cantidades menores de dinero será un atractivo”, agrega.

Y, por último, lo que debería preocupar al Gobierno Nacional, explica, son las reacciones de la ciudadanía, pues solo generarían más violencia. “Poco a poco, las muertes violentas se ven como algo cotidiano”, espeta.

Pero la raíz de todo esto estaría en la delincuencia y violencia estructural que se vive incluso en los altos mandos. “Ya vemos que hay fuertes acusaciones de que los generales de Policía estarían involucrados con el narcotráfico”, concluye. 

El ‘camello’ y el ‘billete’, en manos de la COVID

El panorama económico para el 2022, según Wilson Araque, economista y director del Observatorio de la Pequeña y Mediana Empresa, seguirá anclado a lo que suceda con la pandemia, cuyo comportamiento influye en variables como el consumo y la inversión.

“La gente cuando observa que hay restricciones, nuevas variantes, se asusta, y deja de consumir y de invertir, y claro, hay ciertos sectores que son más sensibles, entre ellos es el hotelero, bares y restaurantes”, detalla el experto.

Araque insiste en que, hasta mediados de este año, todo dependerá de la evolución de la pandemia. Y Ecuador no está inmune a lo que pasa con el mundo y la COVID-19.

En cuanto a temas específicos, en los primeros tres meses al Gobierno le tocará esperar y ver qué sucede con las protestas sociales que se están programando. “Deberá conversar con diferentes actores sobre los cambios que está impulsando. Ya se generó un incremento al salario, es probable que se haga un anuncio sobre el precio de los combustibles, que yo creería que va a bajar de la extra y ecopaís, no a los niveles que algunos sectores están pidiendo, pero probablemente algo se ajustará hacia abajo, y de esa manera empezaría enero diciendo: he cumplido”, añade.

Si el Gobierno logra apaciguar a diferentes actores políticos y sociales, ahí empezaría a tener un panorama más claro para las nuevas reformas que tiene previstas. La tributaria ya está vigente, pero las otras dos reformas, el tema laboral y de cómo atraer inversiones, están todavía en el tapete.

La economía sí va a empezar a reactivarse de a poco. Muy de la mano de lo que pase con la pandemia. Eso incide en la generación de empleo, que, al final, la gente, sobre todo, de nivel medio y medio-bajo, lo que espera es tener un empleo fijo, un salario mensual permanente y que mejoren sus condiciones de vida, dice.