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El proceso de vacunación se lleva en orden en el hospital.Gustavo Guamán / EXTRA

Pacientes destacan el ordenado proceso de vacunación en el hospital de Esmeraldas Sur

Pese a que aún hay espacio para recibir a contagiados, ciudadanos consideran que la situación se está tornando “alarmante”. La gente sigue muriendo...

Jimmy Angulo parecía derrotado. Exhausto. Molido. Su allegada, una mujer de 67 años y con coronavirus, había sido ingresada al Hospital General de Esmeraldas Sur Delfina Torres de Concha.

A unos metros, bajo 28 grados centígrados y desde una sala de triaje, él veía cómo la llevaban en una camilla hacia la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Hacia un destino incierto. “Le dan pocas probabilidades”, lamentaba el hombre sobre el punzante pronóstico de la señora. “Ella es como mi madre”, dijo.

Según las estadísticas del Ministerio de Salud, en la provincia se han reportado 7.472 contagiados de COVID-19 y 324 fallecidos (hasta el 19 de abril).

Pese a que Esmeraldas apenas acumula el 2,1% de los casos en el país (Pichincha 34,9 % y Guayas el 13,1 %), la situación no deja de alarmar a los ciudadanos porque... la gente se enferma. La gente necesita oxígeno. La gente muere... el Registro Civil contabiliza 592 defunciones entre enero, febrero y marzo de 2021. 179 más si se compara con 2020.

Roberth Cedeño, gerente del hospital, que además es centinela y está encargado de pacientes contagiados en la provincia de unos 600.000 habitantes, explicó a EXTRA que hasta el pasado lunes tenían 60 camas de hospitalización disponibles de 94. Ytres de 25, en UCI, gracias a un plan de contingencia en el que se han adaptado cinco ventiladores extra.

Hay ocasiones en que los pacientes esperan hasta sentirse muy enfermos para llegar al hospital. Jimmy Angulo contó que su familiar estuvo enferma unos 20 días (primero le dijeron que tenía amigdalitis. Luego la COVID-19). También se suma el irrespeto a las medidas de bioseguridad. Cedeño explicó que hay ciudadanos que usan las mascarillas más de 10 días. “Pero el problema no es de la gente”. La solución sería, según el médico, disminuir la movilidad, pero eso ahora está en manos de las autoridades.

LA OTRA CARA

No todo se pinta de matices grises en Esmeraldas, la Provincia verde. En el mismo hospital, al otro extremo de donde muchos pierden la batalla, se respira esperanza. Yen medio del calor intenso parece haber un aire de vida. Con 77 años, Juana Isaura Martínez acababa de ser vacunada el lunes. “Me siento más tranquila”, contó desde una sala donde otros adultos mayores se acariciaban los hombros.

Este Diario tuvo acceso al sitio de inmunización. Orden. Silencio. Orden otra vez. Las médicas atendían a los ancianos. Otra realidad a la que se vivió hace unas semanas en la capital, por ejemplo, donde los abuelitos debieron esperar bajo la lluvia varias horas...

“¿Cómo se sienten?”, les preguntó una funcionaria. “¡Todo bien!”, respondieron al unísono. Han vacunado, en dicha casa de salud, a unas 3.675 personas, entre adultos mayores y personal de salud.

Al hospital llegan al día entre 380 y 384 pacientes para recibir el pinchazo. No hay filas. Y allí, en aquel espacio donde hay aire acondicionado, nadie sufre. Las dosis están a la temperatura adecuada. Los que ya fueron vacunados esperan hasta 20 minutos en observación. Luego se van con la certeza de que, al menos para ellos, el mañana será mejor.

EL DATO

Según Roberth Cedeño, la estructura donde funcionaba el antiguo hospital general está deshabilitada desde 2017. Está deteriorada.

324 fallecidos en Esmeraldas debido al COVID-19.

EXTRA se contactó con la alcaldesa de Esmeraldas, Lucía Sosa, para tener una entrevista sobre la situación que enfrenta la ciudad. Pero no hubo respuesta hasta ahora.