Mireya Erazo se puso un vestido púrpura para asistir a la marcha 8M que conmemoraba el Día Internacional de la mujer.

Salió a las 10:30 de este sábado 8 de marzo desde el parque El Arbolito, en el centro norte de Quito, junto a su perrita llamada Menta y miles de otras mujeres que gritaban consignas como: “vine a gritar lo que la culpa me ha hecho callar”.

Erazo asegura que esta fecha no se festeja, sino que se debe mostrar la resistencia que tienen las mujeres en una sociedad opresora y desigual.

Según ella, ha asistido a varias marchas en distintos países latinoamericanos, en los últimos 15 años.

Su lucha es profundamente personal. Es la segunda de tres hermanas y madre de una hija a quien ha criado con los mismos valores feministas que defiende, transmitiéndole la importancia de la equidad y el empoderamiento. 

Añade que por más de 40 años tuvo un trabajo en la selva y estuvo rodeada de hombres. “Conozco lo que significa ser oprimida”.

Un grito para buscar justicia

Bianca Gálvez y su prima llevaban un pañuelo púrpura colgado en el cuello, un símbolo para recordar a las mujeres asesinadas, violadas o que trabajaron en condiciones deplorables, pero que nunca pudieron alzar su voz para reivindicar sus derechos.

Según la Asociación Latinoamericana por el Desarrollo Alternativo (Fundación Aldea), en 2024 se registraron 274 femicidios a nivel nacional, y en enero de 2025 ya se contabilizaban 40. 

Estas cifras conmueven a jóvenes como Gálvez, quien exige que la justicia endurezca las penas para aquellos hombres que asesinan a mujeres.

Cerca de ellas, Ana María Ron, acompañada de su hija y su esposo, se unió a la medida de hecho para apoyar la causa. Ron considera crucial enseñar a su familia a ser solidarios con las luchas sociales y empáticos con las mujeres que han sido oprimidas. 

Además, le inculca a su hija, de 17 años, la importancia de ser independiente y trabajar por su propio futuro, sin depender de nadie.

La marcha pacífica contó con la participación de varios colectivos feministas y familiares de mujeres víctimas de femicidio o desaparecidas.

El evento culminó en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico, donde se realizaron presentaciones artísticas, bailes y se recordaron casos emblemáticos de mujeres víctimas de violencia.

¿Cómo se vivió la marcha 8M en Guayaquil?

El Día Internacional de la Mujer también se conmemoró en las calles del centro de Guayaquil, donde se llevó a cabo un evento denominado ‘Rebeldía y Resistencia contra el Olvido y las Violencias’, que contó con la participación de varios colectivos sociales y feministas. 

Un grupo de ciclistas llegó desde temprano para apoyar la causa, que busca luchar por la igualdad de género, los derechos laborales y el reconocimiento social.

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