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La balacera se registró por la calle Novena y Malecón, pleno centro de la ciudad de Quevedo.Daniel Vite

Fueron por ‘lana’ y salieron baleados

Un muerto y un herido en presunto robo. Tres motorizados habrían intentado asaltar en un centro de abastos donde se produjo la balacera

“Era mi bebé y me lo mataron sin piedad”, exclamaba Anabel Arce tras la muerte de su hijo Marc Anthony Moreira, quien fue baleado la noche del jueves 17 de junio presuntamente por robar.

La mujer de cabello rizado besaba su crucifijo y lloraba mientras veía su brazo izquierdo donde tenía tatuados los nombres de todos sus vástagos. “Mi primer hijo, me lo mataron”, era lo que repetía constantemente.

A ratos, la progenitora del fallecido, más conocido como La Trucha, se sonreía al recordar que este siempre estaba pendiente de ella, y la noche del jueves lo esperaba con la merienda lista.

Lo llamó y le preguntó a qué hora llegaba y pese a que supuestamente no iba a demorar, su Marc Anthony nunca llegó.

Sobre la muerte refirió que un amigo lo fue a buscar en una motocicleta para dar unas vueltas y, según ella, durante ese paseo lo confundieron y le dispararon. Ocurrió en un centro de abastos, por la calle Novena y Malecón, pleno centro de la ciudad de Quevedo, provincia de Los Ríos.

Por ese sector contaron que tres sujetos en motocicleta llegaron presuntamente a robar en el establecimiento, donde se habría registrado un forcejeo. Durante la trifulca se escucharon disparos y Marc Anthony presuntamente salió corriendo, pero metros más adelante se desplomó a consecuencia de un tiro en el tórax, señalaron supuestos testigos.

En el mismo hecho, David Enrique Pérez Castro, de 22 años, resultó con una herida en el cuello. Este sujeto también estaría involucrado en el presunto robo. Una tercera persona, al parecer, huyó del lugar.

La ciudadanía se indignó con lo ocurrido y quiso hacer justicia con sus propias manos “para que dejen de robar”, gritaban.

Los baleados fueron llevados hasta el hospital de Quevedo donde también llegó personal policial para hacer el levantamiento de cadáver de Moreira. El otro se mantenía con pronóstico reservado.

En el centro forense, los amigos de Moreira reclamaban por su muerte. Indicaban que si cometió algún delito debieron “meterlo preso, pero no haberle disparado”.

El jefe distrital de Policía, Rafael Añazco, manifestó que están investigando la situación; pero que, según las versiones de las personas que estaban por el lugar, los heridos supuestamente fueron con las intenciones de robar.