En una zona alta de Ambato los habitantes se persignan con tan solo pensar en lo ocurrido la noche del jueves 27 de mayo.

En ese sector de Tungurahua la Policía Especializada del Menor junto con la Fiscalía investigan tres presuntas violaciones a dos niños de seis años de edad y a una niña de nueve.

Lo que alerta aún más a la comunidad es que el investigado es otro niño, uno de 12 años. La madre de la pequeña fue la primera en denunciar.

En la versión relatada a los servidores policiales contó que estaba trabajando en el segundo piso de la casa y su niña bajó a ver una leche. Pero le pareció extraño que se haya demorado y decidió ir a buscarla.

En el recorrido observó al menor de 12 años, que es familiar de la pequeña, que salía de un cuarto en actitud nerviosa, pero lo que le movió hasta el alma fue al ver a su hija que estaba en la cama arreglándose las prendas de vestir.

En ese instante comenzó a interrogar a su niña y ella le reveló los momentos de pesadillas vividos. “Me tapó la boca y me violó. Ya son cuatro veces que lo hace”, habría confesado la pequeña a su madre.

Al verse descubierto, el adolescente junto a su padre salieron de la vivienda en un taxi. El progenitor también es investigado.

Con la presencia de los policías, las denuncias sobre más supuestos abusos sexuales y violaciones se hicieron conocer. Otra persona se acercó e informó que su hijo de seis años presuntamente también fue víctima del mismo adolescente de 12 años.

Al mismo tiempo, otra madre de familia aseguró a los investigadores que su hijo, de igual edad (6 años), es otro de los afectados del adolescente.

El fiscal de turno, David Suárez, ordenó el aislamiento del menor que fue localizado en el norte de Ambato.

Richard Karolys, jefe de la Subzona de Policía en Tungurahua, manifestó que las investigaciones siguen su curso, pero recomendó a los padres que estén más vigilantes de los hijos, y dialoguen siempre, confíen y pregunten qué les sucede.

“Ahora con las clases virtuales hay que tener más precaución de los contenidos que revisan los menores, porque en muchas de las ocasiones se pueden conectar con juegos o temas que les causan problemas psicológicos. Hay que guiarlos para evitar que sean víctimas o agresores”, dijo Karolys.

La psicóloga familiar María Peña, sostuvo que cuando se da el caso de menores que abusan sexualmente de otros menores, se puede estar hablando de un ‘trastorno de la conducta’ y que se debe analizar qué factores intervienen ya sean sociales, ambientales, biológicos, familiares, económicos, emocionales o socioafectivos. “Se debe analizar desde el seno del hogar y comprobar si los patrones no se están repitiendo con el menor agresor”, añadió. (YIE)