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Desde los 5 años es seguida por supuestos espíritus.Adrian Peñaherrera

Todo inició con “la mano peluda”

Ella tiene el don de la clarividencia y percepción extrasensorial, según investigadora paranormal. Es seguida por supuestos espíritus desde los 5 años

Cuando terminaban sus clases, a las 18:00, Andrea cogía sus cosas y salía ‘soplada’ de los salones de un instituto de corte y confección, ubicado en el centro de Guayaquil, no quería quedarse sola porque un supuesto ser la asustaba. Esto, a pesar que durante 49 años la han perseguido hechos paranormales en EE. UU. y Ecuador.

La estadounidense, de padres ecuatorianos, dijo que experimentar situaciones raras es su ‘pan de cada día’, sin importar el país o casa donde esté. Le mueven las cosas, le apagan las luces, le encienden los artefactos, y hasta se le aparecen diferentes espíritus.

Andrea, de 54 años, quiso evitar burlas, por eso no reveló esta clase de eventos que le suceden desde los 5 años, cuando se le apareció “la mano peluda”. Vivía con sus padres en Manhattan, distrito de Nueva York.

“Dormía en una cuna y a mi alrededor me ponían unas almohadillas. A través de estas apareció una mano verde. Recuerdo que mis padres vinieron a verme y mi mamá dijo que era un sueño, pero mi papá sí pensó que fue otra cosa porque quedé desorbitada”, cuenta.

Dos años más tarde se mudó a la hacienda de sus abuelos en El Guabo, provincia de El Oro, y un presunto ente, con apariencia de un señor con bigote y cabello oscuro, se le apareció cuando iba camino a la escuela, en medio de una bananera, lejos de la carretera.

“Primero lo vi lejos y luego de la nada apreció delante mío. Desvié la mirada y cuando regreso a ver ya no estaba. Varias personas también lo habían visto bañándose en un río y que el agua se hacía color rojo cuando se metía”, describe.

Pero su preocupación creció en 2019 cuando le apagaron las luces y vio las sillas levitar del salón, en el instituto de confección. Ese día, Andrea y tres amigas estudiaban y aproximadamente a las 19:30 empezaron a escuchar ruidos en una habitación donde no había nadie, en el tercer piso del edificio.

“Se escuchó un sonido feo porque jalaron las mesas y sillas, y al instante nos apagaron las luces. Cuando salí corriendo vi las sillas en el aire y vi una niña. Después de eso no permanecía allí a partir de las 18:00 porque no quedaba nadie. Había momentos que hasta prendían las máquinas de coser”.

LOS ESPÍRITUS LA SEGUIRÁN

Rafaela Álvarez, investigadora de hechos paranormales, explica que Andrea tiene el don de la clarividencia y percepción extrasensorial, por eso puede sentir, ver y oír a los espectros.

“Como clarividente tiene más facilidad para experimentar estos fenómenos, solo que no tiene claro y no comprende sus dones. Los espíritus de personas fallecidas siempre la han buscado y lo seguirán haciendo porque saben que ella puede verlos”, manifiesta.