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Vendió hasta el alma para curar a su segundo hijo con cáncer
Decepcionada del sistema de salud pública, Nathaly Holguín buscó atención por la vía privada. Piensa hipotecar su casa para costear la última etapa del tratamiento
En la piel de su muñeca lleva tatuado el día que sería la fuente de su más grande dolor, pero también su más grande fuerza. El 1 de marzo de 2017, Nathaly Holguín, de 34 años, vio cómo la leucemia le arrebataba la vida a su Maximiliano, quien tenía apenas 7 años. Esta pérdida no sería el primer golpe que recibiría, el hermano gemelo de su pequeño también padecería la misma enfermedad que mataba sus células sanguíneas. Fue entonces que retomó su lucha por escapar de la muerte, una búsqueda que aún no termina.
“A mí ningún gobierno me prestó la ayuda y las medicinas que necesitaba”, espeta. Hastiada de la burocracia que existe en el sistema de salud pública del Ecuador y decidida a que la historia no se repita con Aaron, no escatimó energía, tiempo y dinero para hallar la manera de costear el tratamiento de su hijo. “Aquí me lo desahuciaron”, cuenta para EXTRA.
La madre no titubea y pronuncia cada palabra con claridad, se mantiene firme y sostiene que lo único que pidió fue hipotecar una casa ubicada en el suburbio de Guayaquil, que le cedieron sus suegros para culminar la última etapa de la odisea que ha venido cargando desde hace tres años y cuatro meses, luego de que se le diagnosticara leucemia linfoblástica aguda a su retoño de 11 años.
El cáncer es una enfermedad que, además de aniquilar las células saludables del cuerpo, carcome el tiempo de sus víctimas. Con los minutos contados ante la batalla que le tocaba asumir contra esta patología, la madre guayaquileña no esperó a que atendieran su caso, por lo que desistió de reclamar algún tipo de asistencia médica en la red pública. Tomó la situación por cuenta propia y empezó a tocar puertas en consultorios privados.
Vendió su auto, abandonó su casa, realizó bingos, preparó un menú de comida para vender, se endeudó hasta con lo que ya no tenía, todo para costear el tratamiento de su pequeño. Nathaly estima que para recuperar la salud de Aaron tuvo que cubrir 45 mil dólares en quimioterapias, medicamentos, cirugías y visitas médicas.
En abril de este año, Nathaly recibió la noticia que le daría aliento para continuar: en la sangre de Aaaron ya no había células cancerígenas. Para llegar a este punto, el pequeño y su madre tuvieron que viajar por trocha hacia Colombia, donde empezó las quimios y fue intervenido para extirpar un sarcoma de Ewing (tumor), cirugía que fue pagada gracias a la fundación Ángeles de Guerrero.
La historia de Nathaly se difundió en la red social Twitter, luego de que, hace tres meses, empezara a vender quesos para recaudar los 15.000 dólares que necesita para cubrir las vacunas semanales que su pequeño necesita para que recupere su sistema inmunológico tras las sesiones de quimioterapias y múltiples cirugías. “Él no tiene anticuerpos, de una pequeña carie se hizo una infección grande y tuvieron que extraerle la muela”, cuenta.
Pese a que su tuit llegó hasta Jorge Wated, presidente del Directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), la única solución que pudieron darle a Nathaly es una afiliación para que pueda continuar con el tratamiento de Aaron, debido a que dar como garantía la casa de sus familiares políticos no era posible por ser de la tercera edad.
Las decepciones que le han ido marcando a lo largo de esta travesía orillaron a que Nathaly afirme que no espera ayuda estatal. Ahora, solo se concentra en obtener el dinero del tratamiento, pues la salud de Aaron ha empeorado tras no recibir la inyección semanal que necesita para recuperar su sistema inmune.