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El monte tiene una tradición bastante inquietante. Se habla que en sus 'entrañas' había puertas de fuego.René Fraga

Enigmas: Un monte que se lleva a la gente

Le contamos la historia de un lugar en el que rondan las leyendas. Se ubica en el norte de Quito. Aquí la historia

Catzuquí de Velasco se levanta en un remoto rincón del norte de Quito. Un zigzagueante camino conduce a este poblado de calles de tierra que en su interior alberga a una montaña particular.

La gente la conoce comúnmente como el Monte Pelado, cuna de historias que erizan la piel, según Sarita García, una habitante de esa zona. Ella cuenta sobre lo que se ha visto en aquel coloso que se mira desde lejos.

“Es un sitio con una energía bastante pesada. Cuando los niños hacen excursiones siempre regresan con un fuerte dolor de cabeza”, comenta la lugareña que se sabe de memoria lo que se ha experimentado en el sitio.

Una de las primeras historias paranormales ocurrió cuando una mujer fue enterrada en un cementerio que había en el Monte Pelado, a decir de Sarita. Aquella fallecida empezó a penar y su alma recorría la casa de sus familiares.

La residente asegura que fue tanta la ‘insistencia’ del espíritu de la muertita que le pidió al hijo que la sacara de ahí. “Eso es lo que se cuenta”, asegura Sarita.

"Estas son consideradas puertas que dan acceso a otros mundos. Como se ha mencionado hasta en películas: existen multiversos”.

Una puerta de fuego

Pero no solo ese suceso aparentemente fuera de este mundo ha surgido en el Monte Pelado. Carlos Analuisa, uno de los residentes más antiguos de ese lugar, contó que otros sucesos han dado fama al coloso llamado realmente Lulumurco.

Aunque no es creyente de lo que se dice, don Carlos, de 88 años, narra que un hombre se había perdido en las ‘entrañas’ del monte. El morador explica que aquel sujeto pensó que solamente pasaron tres días desde que desapareció, pero en realidad fueron tres años.

¿Qué sucedió? Sarita corrobora el relato del habitante. “Una amiga me contaba que había una puerta de fuego que estaba donde se ubica una piedra colgada. Había dos estatuas de perros como si fueran guardianes y cuando alguien se acercaba, ellos se despertaban”.

La leyenda

El hombre que supuestamente se perdió estaba con un grupo de amigos que llegó hasta ese lugar, pero solo uno de ellos se decidió a entrar.

“Se dice que al pasar esa puerta, adentro, había visto a un montón de gente vestida de negro que celebraba algo”, recuerda Sarita.

Luego de bailar le pidieron que se fuera llevando carnes, hornado, mote y maíz. Cuando salió se dio cuenta de que su familia lo buscó durante tres años, como lo contó don Carlos.

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Desde entonces, hay quienes miran, en agosto de cada año, que algo se quema en donde sería la puerta de fuego.

A decir de Tania Cáceres, cartomántica y analista en estos temas, este tipo de puertas son el acceso a otros mundos. “Como se ha visto en películas, es cierto que existen diversos multiversos y lo que se ha visto son accesos astrales”, analiza la especialista.