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El reclusorio está resguardado por la policía.JM

En Cuenca quieren a los reos "peligrosos" de lejos

El alcalde de la ciudad Pedro Palacios pidió a las autoridades el traslado de los internos, esto luego de la masacre del martes pasado. 

Nació para albergar a la población carcelaria del Austro, pero eso solo quedó en papeles. Hoy, el Centro de Rehabilitación Social (CRS) de Turi, en Cuenca, ‘hospeda’ a los internos más peligrosos que fueron llevados del resto del país.

Por eso, el alcalde de la capital azuaya, Pedro Palacios, pidió a las autoridades nacionales que esos reos de alta peligrosidad sean trasladados a otras provincias.

Esta es una de las reacciones tras la masacre entre reclusos registrada el 23 de febrero pasado en aquel centro penitenciario, donde murieron 34 internos, mientras que en las cárceles de Guayas y Cotopaxi se registraron 47 fallecidos.

Palacios recordó que los asambleístas electos deben trabajar en un proyecto que lleve a recuperar el Consejo de Seguridad del Ecuador para que las Fuerzas Armadas del Ecuador tengan el ámbito legal que les permita intervenir en las cárceles en situaciones así.

De su lado, el presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, Fabián Andrade, manifestó que el gremio estaría en capacidad de colaborar con recursos económicos para el mantenimiento de ese centro carcelario, siempre y cuando vuelva a ser regional.

Por ahora se instalarán 35 nuevas cámaras de video para la vigilancia en puntos estratégicos del reclusorio, cinco de ellas con capacidad para reconocimiento facial. Grupos ciudadanos también reclamaron mayor seguridad en el lugar.

El espacio

El centro fue inaugurado el 4 de octubre de 2014 con nueve pabellones para internos de máxima, mediana y baja peligrosidad, prisión preventiva y contraventores de tránsito.

La capacidad es para 2.716 personas privadas de la libertad (PPL), pero en los últimos días tenía una población que bordeaba los 2.850.

Apenas unos 1.000 reos son de la región austral, es decir de Azuay, Cañar y Morona Santiago, mientras que los demás provienen de otras provincias. 

Los 'huecos' del sistema

- 2 de septiembre del 2019.

Hubo un amotinamiento que dejó cuatro heridos: un policía y tres internos. Además fueron destruidos el policlínico y 125 cámaras de seguridad.

- El 20 de febrero del 2020.

Seis reclusos fueron ahorcados dentro de sus celdas, hecho calificado hasta ese entonces como la peor matanza registrada en una cárcel en Cuenca.

- Siete días después.

El patio del bloque de alta peligrosidad fue convertido en ‘piscina’, donde los internos disfrutaron de un día de natación.

Son algunos de los hechos relevantes que dan cuenta de la problemática del CRS de Turi.

Traslado de PPL sorprendió a autoridades, en Ambato

A las 08:00 de ayer, Ramón (no dio el apellido) fue al Centro de Rehabilitación de Ambato para preguntar por sus dos vástagos, internos desde hace tres años.

“¡Dios bendiga a mis hijos y que no pase ninguna desgracia!”, soltó el padre de familia, nervioso tras enterarse de que 39 presos de Guayaquil fueron trasladados hacia Tungurahua.

Juan Pita también acudió desde las 07:00 a preguntar por su hijo, que paga una sentencia de 10 años por homicidio.

A las autoridades de Tungurahua les sorprendió la medida. El prefecto Manuel Caizabanda hasta las 10:00 de ayer desconocía del traslado de los privados de libertad. “Solicitaré una reunión inmediata a la mesa de seguridad”, dijo.

La gobernadora Gabriela Rodríguez sostuvo que a las 04:20 de ayer recibió el reporte de los nuevos ‘inquilinos’ de la cárcel.

Policías y militares reforzaron la seguridad en el CRS de Ambato.Cortesía

PROTESTA EN BABAHOYO

En medio de gritos, llantos e insultos hacia la policía, familiares de internos del Centro de Rehabilitación de Babahoyo (Los Ríos) rechazaron, pasadas las 22:00 del jueves, el ingreso de 30 reos provenientes de Guayaquil.

Carmen Barroso llegó con una mochila y cobijas para pasar la noche en la vereda buscando conocer qué pasará con los internos. Le preocupaba que haya amotinamientos en el recinto carcelario tras la llegada de los nuevos reos. “Temo por lo que puedan hacerle a mi nieto”, dijo la adulta mayor.

Otros ciudadanos formaron caos en la intersección de la avenida Malecón y calle Mejía. Rociaron gasolina en una llanta y lanzaron pirotecnia hacia el cerco de los uniformados. Minutos después retornó la calma al vecindario. Ayer, algunos familiares de los internos se mantenían en vigilia. (YIE-TOF)