En Villas de Fiorito, al noreste de Buenos Aires, la comunidad se ha sorprendido horriblemente de que el asesinato del carnicero Daniel Tomás Silvero haya sido perpetrado, presuntamente por su propia esposa e hijos. Asimismo, las autoridades indican que la víctima habría sido descuartizada para disponer de su cuerpo.

Testigos del sector comentaron a los investigadores que sospechaban que los dueños de la carnicería habían hecho empanadas de carne con los restos del occiso. Un vecino de la familia dijo que no era habitual verlos vender empanadas, y que precisamente en los días posteriores a la desaparición de Silvero empezaron a vender dicha comida.

“Yo sabía que ella siempre trabajaba en la feria, al lado del hombre, pero no sé si antes vendía empanadas”, dijo un testigo al medio argentino Crónica.

El hombre asesinado había sido denunciado por dos casos de agresión sexual: el primero contra su hija biológica en 2010, y una segunda vez en la que la víctima sería la hija de su mujer, en 2019.

Desapareció el 1 de junio, situación que fue denunciada por una de las hijas de Silvero, quien denunció haber recibido mensajes de su padre poco característicos. Ella le había dicho que estaba buscando un nuevo apartamento para alquilar y que cambiaría su línea telefónica.

Sin embargo, fue captado por cámaras de seguridad llegando a la casa que compartía con su última pareja. Encontraron sus restos en un basurero cercano al sector e iniciaron las investigaciones pertinentes del caso.

Laura Marcela Campos, esposa de Silvero, admitió haber cometido el delito en contra de su esposo, pero por no haber rendido la declaración ante la autoridad competente del caso, ésta fue sobreseída. De igual manera, pudieron continuar con las investigaciones y hallar la cabeza descuartizada en una vasija de cemento.

La mujer confesó que mató a golpes a su esposo, descuartizó el cuerpo y luego arrojó sus restos en Lomas de Zamora. Gracias a esta información, la policía pudo encontrar otras partes del cadáver y aprehendió a Campos y sus dos hijos, por ser sospechosos de ser cómplices del crimen