“Mi hija es una campeona”, fueron las palabras de María Guzmán, madre de la luchadora Lucía Yépez, al conocer que el jueves 8 de agosto de 2024 su pequeña irá por la medalla de oro en la prueba de lucha libre 53 kg de los Juegos Olímpicos de París 2024.

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Su madre se llenó de nervios y no paró de pedirle a la Virgen de Guadalupe que acompañe a su hija en el combate por la semifinal, en el que venció a la alemana Annika Wendle. No la dejó ni respirar, porque el marcador terminó 10-0.

Fue en la sala de su casa, ubicada en el sector La Floresta, de la parroquia Venus del Río Quevedo, provincia de Los Ríos, que toda su familia se reunió y disfrutó a lo grande de la victoria de la luchadora de 23 años.

La alegría se apoderó de cada uno de ellos cuando la Tigra mostró superioridad en la arena Champs de Mars y empezó a derribar a su rival. Y esas emociones aumentaron en el momento que Lucía sacó de la lona a la alemana.

Para su madre, la Tigra tiene merecido su éxito, ya que ha visto el sacrificio que ha realizado para prepararse y, además, por la experiencia que obtuvo en la edición de Tokio 2022, en la que alcanzó el octavo puesto.

Al término de su combate, Lucía llamó a sus familiares para contarles cómo ‘cocinó’ el triunfo y no dudó en dedicarles a todos su logro: “voy por ese oro, por ti mamita, por mis hermanas y por todo el Ecuador”, les dijo emocionada.

Ahora su familia estará pendiente del combate que encarará hoy, desde las 11:15, ante la japonesa Akari Fujinami, por la medalla de oro en la prueba de lucha libre 53 kg.

En la casa de Lucía toda su familia ha hecho un ‘pare’ a sus labores, para apoyar en gran manera a la deportista quevedeña.

Su madre recordó con nostalgia que Lucía nació en el cantón Mocache y luego se mudaron a vivir a Quevedo, cuando La Tigra tenía 5 años, donde unos años más tarde empezó a entrenar en la Liga Deportiva Cantonal de Quevedo.

“Siempre la hemos apoyado, hemos estado presente con ella en cada momento y ahora está cumpliendo sus metas”, dijo emocionada su madre.

En medio de las emociones, Lucía le dijo a su mamá que “ahora sí se van a comprar una casa bonita”. Pero su madre le respondió que se concentre en su combate y aseguró que rezará a Dios para que salga victoriosa.

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