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Consejos para el cuidado de los ojos ante el humo de los incendios forestales en Quito

Sigue estos consejos para el cuidado de tu vista del humo y la ceniza en la ciudad

Incendios forestales
En lugar de frotar, enjuaga tus ojos con agua limpia o utiliza lágrimas artificiales para aliviarlos”, según especialistaGustavo Guamán EXTRA

En Ecuador, al menos ocho provincias siguen siendo afectadas por los incendios forestales que comenzaron el 23 de agosto. Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, estos incendios han devastado más de 4.800 hectáreas. Las provincias afectadas son Pichincha, Tungurahua, Chimborazo, Carchi, Loja, Azuay, Imbabura y Cotopaxi.

En los últimos días, Quito y otras ciudades han experimentado un incremento en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, lo que ha llevado a una mayor presencia de humo y contaminación del aire, exacerbada por los vientos.

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"Esta situación no solo afecta la calidad del aire que respiramos, sino también nuestros ojos, que son extremadamente sensibles a las partículas presentes en el ambiente”, advierte el Dr. Alejandro Lalama, Jefe de Optometría de Óptica Los Andes (OLA).

Por esta razón, el especialista presenta a continuación algunos consejos útiles para proteger los ojos durante este tiempo de elevada contaminación por humo.

Así puedes cuidar tu vista

  1. Evitar la exposición directa al aire libre: Una de las medidas clave para proteger tus ojos es reducir el tiempo que pasas al aire libre, especialmente en zonas con alta concentración de humo. Según el Dr. Lalama, “El contacto directo con el aire cargado de humo puede irritar los ojos, causando enrojecimiento, picazón y lagrimeo excesivo”, dice el Dr. Lalama. Además, el especialista sugiere que, si es necesario salir, es mejor hacerlo durante las primeras horas del día, cuando los niveles de humo suelen ser menores.
  2. Usar gafas de sol o gafas protectoras: Cuando sea necesario salir de casa, es crucial usar gafas de sol con protección UV o gafas de seguridad para reducir el contacto de los ojos con las partículas contaminantes en el aire. “Estas gafas no solo protegerán tus ojos de los rayos UV, sino también de las cenizas y escombros suspendidos en el aire, reduciendo el riesgo de irritación”, explica el representante de OLA.
  3. Mantener los ojos hidratados: El humo puede secar los ojos con rapidez, lo que resulta en incomodidad y visión borrosa. Para evitar esto, se recomienda usar lágrimas artificiales o gotas lubricantes oculares, que ayudan a mantener la humedad en los ojos y a eliminar las partículas que puedan haber ingresado. No obstante, el especialista aconseja evitar las gotas que contengan conservantes o productos químicos, ya que podrían causar más irritación.
  4. No frotar los ojos: Aunque pueda ser tentador, frotarse los ojos cuando están irritados puede agravar el problema. Según el Jefe de Optometría de OLA, el contacto con las manos podría introducir más partículas y bacterias, intensificando la irritación e incluso provocando infecciones. “En lugar de frotar, enjuaga tus ojos con agua limpia o utiliza lágrimas artificiales para aliviarlos”, recomienda.
  5. Instalar purificadores de aire en interiores: Si el humo persiste en el ambiente, se puede considerar usar un purificador de aire en el hogar o en el lugar de trabajo para disminuir la cantidad de partículas irritantes en el aire. Esto ayudará a proteger no solo los ojos, sino también los pulmones y el sistema respiratorio. Además, es recomendable mantener las ventanas cerradas para evitar la entrada de humo en los espacios interiores.
  6. Aplicar compresas frías: “Si sientes picazón o enrojecimiento en los ojos, una compresa fría puede ser muy útil; simplemente humedece un paño limpio con agua fría, colócalo sobre tus ojos cerrados y relájate por unos minutos (...) Esto ayudará a calmar la irritación y reducir la inflamación”, señala Lalama.
  7. Consultar a un especialista si los síntomas persisten: Si, después de seguir estos cuidados, persisten síntomas como dolor, visión borrosa o sensibilidad extrema a la luz, es crucial buscar una consulta optométrica. La exposición prolongada al humo puede llevar al desarrollo de afecciones más serias, como la conjuntivitis química, y el optometrista evaluará si se requiere atención o tratamiento adicional.

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