Imagínese un atardecer en la playa. El azul del océano se mezcla con el celeste del cielo, que gradualmente se transforma en tonos de naranja y violeta. Una gaviota blanca lleva en su pico un lazo rojo, algo que encontró abandonado en la brillante arena marrón. El sol, una esfera amarilla, se va desvaneciendo lentamente en el horizonte mientras una luna gris emerge de la nada en el firmamento.

“Fuimos creados para vivir dentro de una armonía visual”, así lo asegura Lula Kiah, experta en colorimetría, en su paso por Guayaquil. Los colores despiertan en nosotros sentimientos y emociones haciendo que incluso cambiemos de actitud según los tonos que nos rodean. Los colores tienen esa dinámica interesante, ayudan a marcar el ambiente en una presentación profesional, realzan las propiedades de un producto y favorecen al candidato de turno.

Los consultores de imagen, como Lula, comprenden el impacto psicológico de los colores con el estado de ánimo de las personas o la modalidad de las empresas, y aplican este conocimiento, pues consideran que es una herramienta importante para la vida diaria. “El color tiene el poder de afectar nuestro comportamiento y de influir en el proceso de tomar decisiones”, afirma.

El idioma de los colores

La elección correcta hace la diferencia en cómo nos sentimos y en cómo somos percibidos por los demás. ¿Qué queremos transmitir: confiabilidad, dinamismo, sofisticación? Lula comenta que cada tonalidad evoca una respuesta y puede afectar nuestro ánimo, ritmo cardíaco y hasta nuestro sueño.

Negro: Color por antonomasia de la sofisticación, autoridad, exclusividad y elegancia.

Rojo: Eleva la presión sanguínea; se utiliza en debates ya que tiene connotación de fuerza, energía y poder.

Verde: Relaja, calma y da frescura. El ojo humano percibe con mucha facilidad este color que simboliza naturaleza y aventura.

Azul: Tiene un efecto de lealtad y de respeto. Es utilizado en aspectos sociales pues en forma general refleja productividad.

Violeta: Por ser el color ancestral de los reyes, todavía lo catalogamos para dar un aire de sofisticación y de riqueza.

Amarillo: Es un tono difícil de comprender para el ojo humano. En pequeñas cantidades refleja optimismo, en exceso cansa.

Rosa: Es el color de moda para aquellos que quieren ser apasionados, imaginativos, innovadores y prácticos.

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