Los parientes de Michael Ariel Valencia Pujota, de 16 años, estaban desconcertados y tristes. Parados afuera de la morgue de la Policía, oriente de Quito, este domingo 18 de agosto, esperaban agilizar los trámites del cadáver del adolescente, quien fue victimado durante un robo.

“Era un muchacho bueno, sin vicios y un gran estudiante”, narró María Pujota a EXTRA mientras aguardaba en el anfiteatro. La mujer explicó los últimos momentos de este muchacho, cuyo crimen ha indignado a los habitantes de Tabacundo, Pedro Moncayo, al norte de la capital.

Maykito, como le decían de cariño, estuvo con su familia en una fiesta conocida como la ‘entrega de rama de gallo’, la cual conmemora a San Pedro, en una sede comunal de Tabacundo, a las 20:30 del 17 de agosto. “Pasamos muy bien, hubo baile y todos estábamos muy contentos”, rememoró Pujota.

El adolescente y su familia salieron de la celebración a eso de las 22:30. Se subieron a un auto que los llevaría a sus casas y de repente hubo un alboroto cerca del sitio.

“La gente dijo que habían robado la memoria de un automóvil y en ese momento mi sobrino se bajó junto con otros parientes. Yo me quedé en el carro”, dijo la tía de Maykito.

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Transcurrieron unos cuantos minutos y Pujota miraba cómo la gente corría de un lado a otro. Eso le hizo pensar que se formó una pelea hasta que otra sobrina llegó corriendo con una mala noticia.

Maykito había recibido un disparo que le costó la vida. Su tía no podía creer lo que sucedía, si minutos antes todo era felicidad. Cuando salió a mirar a su ser querido, lo encontró tirado en el piso, ensangrentado y con la gente rodeando su cadáver sin atinar qué hacer.

Pujota se enteró que el ataque se produjo cuando en el sector circulaban dos sujetos en moto, quienes serían los que se robaron la memoria del vehículo. “Ellos estaban bastante sospechosos y les han pedido que se bajaran, pero no hicieron caso”, contó la pariente de la víctima.

Las personas se abalanzaron e hicieron caer a los dos ocupantes de la moto. Fue ahí que Michael intentó retener a uno de los tipos, este sacó un arma y le disparó al muchacho directamente al rostro.

Los criminales corrieron unas cuadras pero uno de ellos fue detenido por los comuneros, quienes lo golpearon hasta casi matarlo. Sin embargo, la Policía llegó y se lo llevó a una casa de salud, donde permanece internado con custodia.

Ahora, el clamor de los vecinos y familiares es que, al menos, se juzgue sin reparos al criminal aprehendido y se encuentre al asesino que disparó.

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