Los cuatro peores días para una joven venezolana, de 28 años, habrían sido los que vivió entre el 28 de junio y el 2 de julio de este 2024, en la cooperativa Unión de Bananeros, del sur de Guayaquil, donde ella y su hija permanecieron secuestradas, presuntamente a manos de su expareja, Víctor Amaya, también oriundo de Venezuela.

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El miércoles 3 de julio, el individuo fue procesado por este delito y recibió orden de prisión preventiva para asegurar que comparezca a las futuras diligencias judiciales.

En su denuncia, la víctima detalla que él se acercó porque supuestamente quería arreglar los problemas que hubo entre ellos, pero la joven le habría pedido que se retirara, porque sabía que él “es una persona agresiva”. Sin embargo, él luego habría tomado un cuchillo para terminar secuestrando a la hija de la mujer, de apenas 4 años, y a ella (ver infografía).

El martes 2 de julio, la víctima habría aprovechado un descuido del presunto secuestrador, cuando él habría ido al baño, para escapar. “Logro zafar las manos y logro salir de ese domicilio, que está cerca de donde yo vivo (...). Pasa una tricimoto, me lleva al cuartel del distrito sur (de la Policía) y pongo en conocimiento el hecho ocurrido”.

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Ahora, a la mujer le faltaba recuperar a su hija, pero también los agentes debían atrapar al sospechoso, por lo que en ese instante se planificó un operativo para localizar a la menor de edad y al individuo.

Con la información proporcionada por la joven venezolana, los uniformados se dirigieron a una vivienda en la que habitaría una tía del sospechoso. Al llegar, el individuo estaba ahí, pero salió “por los techos de la casa”.

No obstante, los agentes lograron aprehenderlo y además conseguir la información que necesitaban, sobre la niña secuestrada. En su denuncia, la mujer dejó asentado que a su hija la habría tenido “en un cuarto en la casa del hermano” del detenido.

Los agentes a cargo de la aprehensión del sospechoso colocaron en el parte y en otros documentos una identidad diferente a la verdadera. Incluso, en un correo enviado a las autoridades venezolanas para informar de su captura constaban otros nombres. En la audiencia de formulación de cargos, esto fue rectificado y se aclaró que Víctor Amaya “dio otros nombres con el fin de evadir la justicia”.

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