Se parecen mucho, dicen amigos y hasta algunos de sus familiares. Tanto se parecen -no solo físicamente- que ambas llevan en el alma una esperanza que, por esos destinos de la vida, hoy se cruzan: la de Gladys Torres, de poder encontrar a su madre, de quien dice habría sido separada hace 59 años; la de María Quito, de poder hallar a su hija, de quien asegura se la llevaron hace unos 58 años.

(Te invitamos a leer: La policía que necesita 72 mil dólares para salvar su vida)

Las historias paralelas de Gladys y de María este martes 30 de julio podrían llegar a un final inesperado. Ese día conocerán el resultado de la muestra de ADN, lo que puede poner fin a la búsqueda y generar felicidad en ambas mujeres. O, por el contrario, que puede traer desazón en ellas.

Y es que luego de que el pasado 29 de junio de 2024 EXTRA publicara la historia de Gladys Yolanda Torres Zambrano, una mujer que lleva algo más de 30 años buscando a su madre, preguntando en el barrio donde le dijeron estuvo de niña, todo dio un giro inesperado en su vida. 

A los pocos días, el 3 de julio, con un viejo recorte de EXTRA en sus manos llegó María Quito Peralta y firme, sin duda alguna y con la esperanza de que sus días de angustia habían terminado, aseguró: “¡Ella es mi hija!”.

Ese mismo día se conocieron. Hablaron, cruzaron datos, nombres, fechas, se mostraron fotos de sus familiares. Y hasta se abrazaron, tímidamente, pero lo hicieron, como queriendo con ello abrazar una esperanza incierta.

Luego de su primer encuentro en las oficinas de Diario EXTRA, Gladys y María han seguido conversando, tratando de despejar dudas, como el que María afirma que su hija tendría 58 años, pero Gladys dice que ella tendría 59. O las direcciones donde dice vivió María cuando dio a luz, cercanas a las que le han dicho a Gladys en sus indagaciones, pero no exactas.

Te invitamos a leer: Balacera en el Guasmo: El drama de una madre que perdió al único hijo varón que le quedaba

En fin, la duda persiste y es por ello que quizá aún Gladys dice “la señora” cuando se refiere a María. “No es resistencia, simplemente quiero esperar las cosas. Así sea que la prueba me salga positivo tengo que tener tiempo para poder adaptarme a ella, poder decirle mamá o no. Yo ya tuve una figura materna (en el hogar donde creció)... voy a necesitar un poco de tiempo para adaptarme”, explica Gladys sobre su expectativa.

Sobre cómo ha pasado estas últimas horas, agrega que “tranquila, porque he estado más de 30 años buscando, y ya 24 horas (ayer) como que no es nada. Que sea lo que Dios quiera”. Y ante esa última frase, enseguida aclara que “uno puede desear muchas cosas, pero es él (Dios) quien decide qué se hace o no". 

Agrega que no se crea falsas expectativas y espera paciente el resultado del ADN, "y más que todo por la señora, porque ella sí está muy emocionada, sobre todo porque ella ya pasó por eso, mantuvo relación de madre-hija con otra mujer”.

Gladys se refiere a una historian que vivió María, cuando de pronto apareció una mujer que dijo ser su hija. Era Nancy, alguien con quien la señora de 74 años asegura “nunca hubo química, ella fue una mujer que quiso buscar un calor, un abrigo de mamá, pero resultó muy negativa”.

Sin embargo, con Gladys todo es diferente, dice María. “Yo la trato de Gladycita, pero ella me dice ‘señora María’. Es porque ella tiene como sentimientos encontrados. Yo la comprendo, a veces yo también me siento un poquito nerviosa”.

Respecto a este drama, la psicóloga María Delgado asegura que siempre es difícil una situación así y el cómo enfrenten ellas emocionalmente este encuentro para conocerse y saber si son madre e hija "va a depender de sus personalidades, de sus historias de vida, traumas, abandonos, violencia, etc., de sus necesidades y expectativas actuales".

Agrega que, en todo caso, "sí es muy importante siempre que haya un apoyo psicológico para cada una, para que vayan fortalecidas y preparadas emocionalmente, tanto para un resultado positivo o negativo del ADN”.

Sobre cómo ha vivido estas últimas horas antes del día decisivo, asegura que “por momentos me pongo un poquito nerviosa, pero en sí, me siento positiva. Yo siento que todo va a salir bien en el nombre de Jesús".

Y que María dice que Dios es el que está haciendo la obra. "Me duele cuando me dice señora María, pero yo digo entre mí: ‘pronto me vas a decir mamita, y te voy a abrazar”, aunque ya la abrazo y la beso con mis oraciones”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad y sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!