Ram Sumer, un veterano de 60 años, vivió una pesadilla cuando denunció la desaparición de su esposa Phoolmati, de 40 años. La última vez que se la vio con vida fue el 15 de junio, luego de salir de casa de su padre.

(Lea también: Ataque armado en la Avenida del Bombero: Hospital Los Ceibos se pronuncia)

La angustia de Sumer creció con el paso de los días, hasta que cuatro días después las autoridades encontraron el cadáver de una mujer en la zona de Uruva Bazaar, en India.

Con la reciente denuncia de desaparición de Phoolmati en mente, los agentes pensaron que podría coincidir con el cuerpo hallado. Sumer, devastado, identificó a la fallecida como su esposa y, sin dudarlo, puso en marcha la incineración del cuerpo, de acuerdo con el medio local Press Trust of India.

Sin embargo, el caso dio un vuelco inesperado cuando la autopsia reveló que la muerte no había sido natural. Los signos de estrangulamiento apuntaban a un crimen, lo que obligó a las autoridades a iniciar una investigación a fondo.

El primer paso fue rastrear el teléfono de Phoolmati. Las señales de rastreo ubicaron el dispositivo en Jhansi, una ciudad a 600 kilómetros de su casa. Este hallazgo desconcertó a todos, ya que no tenía sentido que Phoolmati estuviera tan lejos.

Las indagaciones continuaron y se descubrieron varios registros de llamadas en el teléfono de Phoolmati dirigidos a Shubman, un hombre que vivía en Sultanpur. Las autoridades localizaron a Shubman, pero Phoolmati no estaba con él.

Shubman reveló que había llevado a Phoolmati a la ciudad de Jhansi. Esta información dio un giro crucial a la investigación, ya que sugería que Phoolmati estaba viva.

Efectivamente, las autoridades lograron confirmar que Phoolmati se encontraba en el mismo lugar donde Shubman la había dejado. La mujer, contra todo pronóstico, estaba viva. El cuerpo incinerado en los días previos no era el suyo.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!